El presidente ruso, Vladímir Putin, se le gira más trabajo. Esta vez, no es Ucrania ni tampoco las armas nucleares que Rusia ha acordado guardar en Bielorrusia. Las autoridades de la región siberiana de Irkutsk han declarado este martes el estado de emergencia después del vertido en uno de los distritos de 138 toneladas de gasolina después del choque de dos barcos cisterna en el río Lena. "Se ha declarado el régimen de emergencia en el distrito Kirenski", ha informado el gobernador de la región, Ígor Kóbzev, citado por la agencia rusa TASS.

El gobernador ha indicado que "en estos momentos estamos determinando el volumen de combustible que se vertió a Lena. Contamos con reservas de absorbentes y barreras flotantes de contención". La colisión entre los dos barcos cisterna ocurrida el domingo dañó los tanques de uno, que transportaba 800 toneladas de gasolina, y causó el derrame de 138 toneladas al río.

El gobierno de Irkutsk informó de que "la causa preliminar del incidente es una violación de las normas de navegación", ya que el capitán del barco que provocó el accidente estaba en estado de embriaguez y "la nave estaba al mando del ayudante del capitán". "Las autoridades locales trabajan para evitar el uso y el consumo de agua del río" corriente abajo, ha añadido Kóbzev.

Medidas drásticas para la población

El servicio ruso de protección al consumidor, Rospotrebnadzor, ha informado de que no hay presas de agua corriente abajo del sitio del accidente y ha llamado a la población local a no utilizar el agua del río "con hasta recreativos, domésticos o para beber" hasta que no se levante el régimen de emergencia.

La vecina región de Yakutia, que se encuentra corriente abajo, ya empezó a tomar medidas, pero se mostró optimista porque "a causa del alto nivel de evaporación de la gasolina, se espera que más del 90% del vertido se evapore y no llegue a las fronteras" de la República de Sajá (Yakutia).

Sin embargo, los servicios de emergencia han sido puestos en estado de alerta total y se preparan las barreras flotantes de contención y los absorbentes necesarios", han indicado las autoridades.

Desaparecen ciudades rusas

Además de la guerra, que ha llevado muchos quebraderos de cabeza a Putin, los rusos hace mucho tiempo que están preocupados por la desaparición de los pueblos que definieron la vida rusa durante la mayor parte de la historia. Ahora se enfrentan a una nueva amenaza: la desaparición de las ciudades pequeñas y medias que han desarrollado un papel vital en la creación de los rusos modernos. Así lo definía el gobernador de la provincia de Ivánovo, Stanislav Voskresenski.

Otro problema para Vladímir Putin: las ciudades desaparecen en Rusia

 

Así, constata que las ciudades pequeñas de Rusia que ayudaron a adquirir hábitos de adaptación a la vida que las megalópolis no podían dar. Y eso hace que el movimiento sea de las aldeas a las grandes ciudades. Un hecho que provoca que las ciudades medias o pequeñas se queden vacías. Durante la mayor parte de la historia rusa, las ciudades más pequeñas del país, eran ciudades importantes. Ahora, sin embargo, destaca el gobernador, a la gente las está dejando en massa, y los pueblos no pueden compensar la pérdida, sino que contribuyen a ella los diferentes ciudadanos escogen entre Moscú y San Petersburgo, en vez de optar por las ciudades regionales que tienen más cerca.

Él mismo intenta resaltar el valor de estas ciudades. Son especiales porque tienen las ventajas de una vida urbana culta, sin la dependencia total de la tecnosfera. Por lo tanto, ayudaron a su día a promover y mantener el carácter nacional ruso y los valores de la ciudadanía. Voskresenski admite, a pesar de todo, que en las ciudades pequeñas hay más conservadurismo. Con esta fuga en las ciudades grandes, las ciudades pequeñas rusas están muriendo. "No sorprende que con el colapso del sistema soviético, muchas fábricas se hayan negado a dar apoyo a la infraestructura que crearon y hayan transferido esta responsabilidad en el estado" y que el estado que enfrenta cada vez más desafíos no haya tomado el relevo, destaca el mismo gobernador en el portal Window to Eurasia.

El problema que resalta Voskresenski es que los jóvenes no ven perspectivas en estas ciudades y deciden marcharse. Y evidentemente, no lo hacen en las ciudades regionales, sino que su objetivo es llegar a Moscú y San Petersburgo.

 

Imagen principal: el presidente ruso, Vladímir Putin / Efe