En una reunión con el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, presentó unas supuestas pruebas visuales para reforzar su afirmación de un "genocidio blanco" en Sudáfrica. Estas pruebas, sin embargo, han sido desacreditadas, ya que incluían imágenes que en realidad pertenecen en la República Democrática del Congo y no tienen ninguna relación con la situación en Sudáfrica.
Durante el encuentro, Trump mostró varias fotografías y vídeos que, según él, demostraban el asesinato sistemático de campesinos blancos sudafricanos. Uno de los materiales destacados era una captura de pantalla de un vídeo publicado originalmente por Reuters en febrero de 2024. Este vídeo mostraba trabajadores humanitarios a Goma, en la RDC, manipulando sacos con cuerpos después de un enfrentamiento entre el ejército y los rebeldes del grupo M23. Los cuerpos pertenecían a víctimas de estos conflictos, no a campesinos blancos de Sudáfrica.
Otro vídeo presentado por Trump mostraba lo que él calificó de fosa común blancos asesinados. Pero este vídeo, según fuentes sudafricanas, corresponde a un memorial temporal que se construyó para conmemorar un asesinato doméstico, y no tiene nada que ver con un exterminio masivo. Además, diversos de los elementos visuales incluidos por Trump ya habían sido desmentidos por organizaciones de verificación de hechos como Reuters Fact Check.
Defensor de un genocidio contra la minoría blanca
Trump ha sido un defensor de la teoría de la conspiración que afirma que existe un genocidio contra la minoría blanca en Sudáfrica, una idea propagada especialmente en círculos de extrema derecha. Durante su mandato, ya provocó tensiones diplomáticas cuando pidió al Departamento de Estado que investigara lo que él nombraba "matanzas masivas" de blancos. En este contexto, Trump también propuso ofrecer asilo a los campesinos blancos, presentándolos como "refugiados perseguidos".
Ramaphosa respondió de manera firme, negando la existencia de persecución política contra blancos y recordando que la mayoría de las víctimas de la criminalidad violenta en Sudáfrica son personas negras. El presidente sudafricano calificó las pruebas de Trump como falsas y lo acusó de promover desinformación por motivos políticos.
El incidente ha generado preocupación a escala internacional, no solo por la desinformación difundida, sino también por el impacto que este tipo de narraciones puede tener en el aumento del racismo y la polarización social. Varios analistas políticos han criticado Trump para utilizar fuentes no verificadas y material manipulado para justificar una narrativa ideológica sin fundamento real. También se ha remarcado la responsabilidad de los líderes mundiales a la hora de gestionar información delicada en ámbitos diplomáticos.
Este episodio evidencia los peligros de la desinformación en la esfera política global y la importancia de una verificación rigurosa de las fuentes visuales e informativas, especialmente cuando se trata de temas tan graves como el supuesto genocidio de un grupo poblacional.