El Parlamento Europeo ha reclamado a todos los Estados miembros de la Unión Europea (UE) que impongan un embargo "completo e inmediato" a las importaciones rusas de petróleo, carbón, combustible nuclear y gas como represalia económica ante la invasión rusa de Ucrania desde finales de febrero. Aunque en el texto original se había rebajado la urgencia de la prohibición de importar gas ruso a "tan pronto como fuera posible", una enmienda secundada por 413 diputados (93 en contra y 46 abstenciones) ha eliminado esta última referencia temporal y ha incluido en el gas entre los recursos energéticos rusos que la Eurocámara cree que la UE tiene que dejar de comprar.

Así, el texto final, que ha sido aprobado por 512 votos a favor y solo 22 en contra, pide que "se introduzca un embargo total e inmediato de las importaciones rusas de petróleo, carbón, combustible nuclear y gas", así como que se abandonen por completo los proyectos de gasoducto Nord Stream 1 y 2. De cara a afrontar las disrupciones en el suministro que eso podría causar a causa de los diferentes niveles de dependencia energética de Rusia de los diferentes países, los diputados reclaman también que se presente un plan para seguir garantizando la seguridad del abastecimiento energético de la Unión a corto plazo.

Hay que recordar que la Unión Europea adquiere fuera de su territorio más de la mitad de la energía que consume; en concreto, le compra en Moscú el 46,7% del carbón que utiliza, el 40% del gas y el 27% del petróleo, exportaciones que en el 2021 supusieron 99.000 millones de euros de ingresos para Rusia.

Hungría se opone a sanciones

La posición del embargo en los productos energéticos rusos es prácticamente unánime a toda la Unión Europea, pero como con todo, siempre hay excepciones y en Europa acostumbra a ser siempre la misma, Hungría, que este jueves ha anunciado que ya ha recibido hoy desde Rusia el primer envío por vía aérea de combustible nuclear para su central de Paks, que una empresa rusa tiene previsto ampliar con un contrato de 12.500 millones de euros, y ha insistido en que se opone a todas las sanciones en el petróleo o el gas ruso.

Así lo ha asegurado el ministro de Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, ha insistido en que su país rechaza cualquier sanción que afecte a la compra de gas o de petróleo de Rusia, y ha calificado de "línea roja" cualquier medida punitiva de la Unión Europea sobre actividades relacionadas con la energía eléctrica.

En esta línea se pronunció este miércoles el primer ministro húngaro, Víktor Orbán, que aseguró que no tiene problemas a aceptar la exigencia rusa que le paguen las compras de gas en rublos, una postura que contradice la postura de la Comisión Europea (CE), que lo considera inaceptable. Y es que Hungría, uno de los principales aliados de Rusia dentro de la Unión Europea y, además, uno de los países de la UE más dependientes del gas ruso.

Medio año para adaptarse a las sanciones

A propósito de eso, el primer ministro de Rusia, Mijaíl Mishustin, ha afirmado este jueves que la economía rusa necesita como mínimo medio año para adaptarse a las condiciones creadas por las sanciones adoptadas por Occidente, la invasión de Ucrania. "La economía necesita tiempo para adaptarse. Es imposible no tener como mínimo medio año para adecuarse a una vez como este", ha asegurado el jefe del Gobierno al presentar su informe de gestión anual ante el parlamento ruso.

En este sentido, ha subrayado que todas las fuerzas del Ejecutivo están involucradas en el proceso de adaptar la economía del país a las nuevas realidades. Mishustin ha asegurado que Occidente ha impuesto más de 6.000 sanciones contra el país este año, un número sin precedentes. "La presión externa sobre nuestro país no disminuyó ni un día, incluso durante la pandemia. Pero las sanciones adicionales impuestas este año realmente no tienen precedentes", señaló delante de los legisladores. Según Mishustin, los antiguos socios de Rusia "estaban prácticamente compitiendo unos con los otros para ver quién imponía las sanciones más rápido".