El impacto de la volatilidad causada por la invasión rusa de Ucrania podría tener repercusiones para los consumidores de pollo, en el hábito de consumo pero también en el peligro inmediato de una alerta ambiental. Por una parte, este no pasa de espaldas al resto de productos, hacia un entorno altamente inflacionario. Y el pollo será una proteína que tendrá muchas oportunidades los próximos 12 a 18 meses". Ahora, hay que ver como las fuerzas macroeconómicas clave, incluida la inflación vertiginosa, un mercado laboral caótico y cambios demográficos radicales, influyan en la demanda avícola, así como en los mercados de proteínas que compiten a nivel mundial, según se recoja en la próxima edición del Chicken Marketing Summit en Georgia este verano.
Repartir gallinas y huevos entre la población
Por otra parte, en Jerson, las consecuencias de la guerra ya son palpables en este ámbito. El pasado 3 de marzo cayó a manos del ejército ruso de Vladimir Putin y especialmente la ciudad de Chornobaivka, ahora sufre una crisis ambiental ya que está donde está la granja de pollos mayor de Europa, hasta tres millones de estas aves sin cuidar ahora mismo y totalmente desatendidas. En concreto está la empresa Yuzhnaya Kholding, especializada en la producción de aves y huevos, hasta ahora generaba 720.903 dólares en ventas. Con el objetivo de evitar, precisamente una catástrofe ecológica, las autoridades han acordado que próximamente, las gallinas y los huevos serán repartidos entre la población local con el objetivo de parar posibles derivadas, según informaba el portavoz de la administración regional, a Yury Sobolevsky.
La crisis agrícola y energética
Esta es una derivada de muchas en el sector agrícola. Ucrania y el suroeste de Rusia se encuentran, de hecho, entre los principales productores de cereales del mundo. Estos dos países representan en particular un tercio de las exportaciones de trigo blando en el mundo. Como resultado, los precios del trigo alcanzaron un nuevo récord martes, todavía impulsados por la incertidumbre sobre los suministros de Rusia y Ucrania. Rusia también es, con mucho, el principal proveedor de gas natural de Europa, representando el 40% de las importaciones totales y el 20% de Francia. Incluso si los precios del gas cayeron hace dos días, ante la reducción del riesgo de un embargo europeo sobre Rusia, el precio del gas sigue subiendo un 147% desde el comienzo de año.
Por su parte, los precios del diésel también han subido. En el 2020, Francia importó 25 millones de toneladas de gasóleo, una cuarta parte de las cuales era gasóleo ruso, unos 6 millones de toneladas. "Aquí nuevamente, tenemos una dependencia potencial y el mercado ya está en proceso de reorganización y, en particular, abandonando el diésel ruso, por eso los aumentos considerables que hemos visto en el diésel la semana pasada", señaló Olivier Gantois, presidente de Ufip, Unión Francesa de Industrias del Petróleo.