Jugadoras de la selección femenina afgana en el exilio siguen el mundial desde Australia, pero sin jugar. Algunas de ellas saben qué quiere decir representar el país y sueñan con volver a hacerlo. Pero el gobierno no reconoce el equipo nacional del país. Khalida Popal, fundadora del equipo, vino desde Dinamarca para conocer a las jugadoras que ahora viven en Australia después de huir de la amenaza de muerte hecha por los talibanes, en un avión mientras las tropas de los EE.UU. se retiraban en agosto del 2021.
Tal como destaca la CNN en un artículo, hace dos años, Popal pidió ayuda a la comunidad internacional para sacar el equipo del Afganistán, implorando a las jugadoras que quemaran sus equipamientos, para que los combatientes talibanes no las apuntaran para atreverse a practicar deporte de competición, que ahora está prohibido a las mujeres en el país.
Ahora, pide a la FIFA, la máxima autoridad del deporte, que permita a las chicas y mujeres que vuelvan a poder volver a correr en un campo de fútbol y representar Afganistán. "No solo tenemos la selección nacional femenina sénior, tenemos equipos juveniles de todo Europa, e incluso algunos de los Estados Unidos y el Canadá", ha destacado. "¿Estos jugadores afganos de la diáspora pueden representar el Afganistán a los juegos internacionales? No es tan difícil. No está como ir en la luna".
La llegada de los talibanes acaba con la voz de las mujeres
Desde la toma de posesión de los talibanes, las niñas y las mujeres no han parado de acumular posesiones. Se les ha prohibido el acceso a la escuela, en el trabajo y en gran manera se las ha confinado en sus hogares. Solo se les permite salir con un tutor masculino.
Sin ir más lejos, en una nueva medida, el gobierno talibán cerró la semana pasada, tal como destaca la misma cadena norteamericana, los salones de belleza, uno de los últimos apoyos para las mujeres que intentan huir de la violencia a su casa.
Unos pasos insuficientes hacia la competición
El viernes pasado, el equipo femenino de fútbol afgano fue invitado a un simposio de género organizado por el Departamento de Asuntos Exteriores y Comercio de Australia en Brisbane, en el cual asistió la ministra de Exteriores, a Penny Wong. "Me gustaría que estuvierais aquí en circunstancias diferentes. Y me gustaría que participarais en este mundial con vuestro país detrás", decía Sarai Bareman, cabeza del fútbol femenino de la FIFA.
También en este contexto, Bareman prometió que se estaba trabajando de lo lindo para intentar reducir la brecha entre el fútbol masculino y el femenino después de décadas de subfinanciación.
La FIFA no se moja
A pesar de todo, Bareman ni ningún otro miembro de la FIFA presente en la sala, se refirió explícitamente a la prohibición de los talibanes a las mujeres afganas que practican deporte ni a la solicitud del equipo de reconocimiento de la FIFA. La CNN habría pedido explícitamente por esta cuestión, pero según parece, no habrían tenido respuesta. Eso sí, a través de un comunicado que el portal norteamericano también recoge, la FIFA expuso que "no tiene derecho a reconocer oficialmente ningún equipo a no ser que sea reconocido previamente por la Asociación Miembro en cuestión".
En este contexto y paralelamente, Popal relata en el mismo portal que el equipo no espera que la Federación Afgana de Fútbol los defienda, porque que hacerlo incurriría en la ira de los líderes talibanes que castigan los que piden los derechos de las mujeres. "Si la Federación Afgana de Fútbol reconoce un equipo y dice: 'Sí, aceptamos un equipo para representar Afganistán', se les puede disparar. Se pueden lapidar. Se pueden matar", ha insistido.
Imagen principal: estadio de Melbourne, previamente al enfrentamiento entre el Canadá y Australia / Efe