Cuando tenía 15 viajé a Londres y me llevaron a un restaurante argentino, el Gaucho. Recuerdo comer de fábula unas carnes tiernísimas y sabrosas que me entusiasmaron, y probar el dulce de leche por primera vez, a lo que me volví adicta, años más tarde, durante unos meses bastante empalagosos. En aquel momento pensé una cosa que se mantiene vigente 18 años más tarde: ¿por qué no hay más restaurantes argentinos en Barcelona? La llegada de Brasero Atlántico a la ciudad hace un par de años me lo hizo volver a pensar, pero al probar sus platos concluí que, como aquí lo hacen tan bien, tampoco necesitamos demasiado más.

Brasero Atlántico: un asador argentino auténtico

Aquella visita me hizo recordar que tenía que volver pronto, y pronto no ha podido ser, pero finalmente me he sentado nuevamente en una de sus mesas de esta sala de aires industriales, dominada por el mural de un monstruo marino cornudo y enfadado, que recuerda a un narval, dibujado y pintado por Tato Giovannoni, socio, junto con Diego Cabrera, del madrileño Salmon Gurú, y el empresario de hostelería Alejandro Resnik.

La barra de la coctelería Florería Atlántico / Foto: Rosa Molinero Trias
La barra de la coctelería Florería Atlántico / Foto: Rosa Molinero Trias

La carta de Brasero Atlántico, aunque sea un asador argentino, es quizás una de las más versátiles y que gustará tan a vegetarianos como carnívoros. Para los unos, la provoleta, los ñoquis, los linguini a la carbonara con trufa o la terrina de setas, y para los otros, la declinación de carnes (con acompañamientos y salsas) que constituyen una parrillada argentina, como el chorizo criollo, la morcilla, la entraña, el ojo de bife, el vacío, los lechales o el bife de chorizo. Y todavía más: pescado del día, cordero o pulpo a la brasa, o una milanesa, aquel trozo delgado y rebozado que hace discutir austríacos, milaneses y argentinos, y que aquí se acompaña de salsa de tomate, alcaparras y queso Grana Padano.

Empanada de ossobucco / Foto: Rosa Molinero Trias
Empanada de ossobucco / Foto: Rosa Molinero Trias

Para quien quiera, aquí también se come rana, que viene con una salsa de beurre blanco y con puré trufado, y si el hambre es fuerte se puede empezar con unos entrantes marinos que hacen honor al apellido del restaurante. Ahora bien, mi recomendación es que bajo ningún concepto os perdáis la empanada frita de osobuco. Una por cabeza. Y ya sé que nos hemos cansado, todos los barceloneses, de ver carretadas de establecimientos de empanadas por toda la ciudad, pero estas son diferentes. Hacedme caso, va.

Ya sé que nos hemos cansado, todos los barceloneses, de ver carretadas de establecimientos de empanadas por toda la ciudad, pero estas son diferentes

Panqueque a la brasa cono dulce de leche Brasero Atlántico / Foto: Rosa Molinero Trias
Panqueque a la brasa con dulce de leche / Foto: Rosa Molinero Trias

Bola extra: Brasero Atlántico esconde una sorpresa submarina, la coctelería Florería Atlántico, que navega bajo usted al ritmo del shaker y del jigger. Ema Giacone, Gerardo Figuero y Alejandro Caia ponen sobre barra profesionalidad, una atención cálida y un torrente de energía y simpatía capaces de curar el peor día del año. Y si no funciona, siempre nos quedará el Fernet.