Hay rutas que, a pesar de haberlas hecho una vez, te llaman a volver. Es el caso de esta joya escondida entre las montañas del Ripollès: el Torrent del Tornall y el Torrent de la Masica, un recorrido circular cargado de naturaleza y frescor. A continuación, La Tumbona de ElNacional.cat te explicamos todo lo que debes saber de este rincón lleno de encanto.
😍Esta ciudad catalana se cuela al ranking de las mejores de Europa 2025: esta es la razón
El itinerario empieza desde el parking público de Vallfogona del Ripollès, un pequeño y acogedor municipio enclavado entre montañas y atravesado por rieras y torrentes. La ruta, de dificultad fácil y trazado circular, se realiza en sentido antihorario: primero subimos por el Torrent del Tornall y posteriormente bajamos por el Torrent de la Bauma, cerrando el recorrido por el mismo pueblo.
La sombra de los bosques, el sonido de los torrentes
Desde el primer momento, el ambiente es húmedo y fresco. El sendero discurre rodeado de bosque, con constantes tramos de sombra y el ruido suave del agua que nos guía paso a paso. Muy pronto llegamos a la Riera de Vallfogona, y poco después hacemos una parada en la Fuente de La Tosca, un lugar ideal para refrescarse y disfrutar del agua pura.
Uno de los primeros puntos singulares del recorrido es la Bauma del Boer, una pequeña cavidad escondida entre rocas y vegetación, antes de empezar el descubrimiento de los verdaderos protagonistas de esta ruta: los saltos y pozos de agua.
14 saltos que te dejan sin palabras
Uno tras el otro, los saltos se suceden uno tras otro. El Salt y Gorg de Baix I, el Salt de Baix II, el Salt y Gorga de Dalt, y muchos más hasta llegar a un total de 14 puntos de agua perfectamente identificados. El Salto de Agua de la Costa de Llastanosa impresiona por su desnivel, y el Salto del Obispo es uno de los más fotogénicos.
El bosque sombrío nos acompaña durante casi toda la ruta, y solo los últimos dos kilómetros, ya de retorno, se hacen a pleno sol. Es por eso que esta excursión es especialmente recomendable en días de calor, cuando buscamos espacios frescos y tranquilos.
Aparte de los elementos naturales, la ruta nos regala pequeñas pinceladas de historia y cultura local. Nos encontramos con un antiguo horno de cal, vestigio de actividad tradicional, y también la Barraca de Monic, una construcción de piedra seca que nos recuerda los orígenes agrícolas de este territorio. Además, pasamos por la Font dels Burros, un punto curioso del recorrido antes de iniciar el descenso por el Torrent de la Bauma.
El último pozo de la jornada es el Salt del Frare, perfecto para inmortalizar antes de volver a Vallfogona.
Ruta ideal para familias y amantes de la naturaleza
Con un recorrido fácil, señalización correcta y en torno de ensueño, esta ruta es ideal para familias con niños, grupos de amigos o cualquier excursionista ocasional que quiera desconectar y disfrutar del paisaje sin complicaciones técnicas. Solo hacen falta calzado cómodo, agua y ganas de dejarse llevar por el sonido del agua y el verdor de los bosques del Ripollès.