¿A quién no le gusta la gastronomía? Un buen 'trinxat', una escudella, una calçotada, una fideuá, un plato de carne increíble... Más o menos, todo el mundo acostumbra a dominar con cierta experta las recetas y conocimientos de estas recetas y muchas más. Ahora bien, para poder hablar con propiedad de gastronomía, es necesario que todo eso se acompañe de un buen vino. Y está aquí donde la mayoría de personas se encuentran con el problema de las inseguridades y carece de conocimiento del mundo vitivinícola. Es por este motivo que esta semana, la sommelier de El Celler de La Gourmeteria, Carla Viladric, nos presenta un diccionario del vino, con los conceptos más básicos para salir del paso e introducirnos en este mundo complejo.


El diccionario del vino: conceptos claves y básicos

A continuación, presentamos una serie de palabras que nos harán hablar con propiedad del vino. Empezamos, por ejemplo, respondiendo la pregunta de qué es un vino espumoso. Es aquel que lleva dióxido de carbono, en contraposición con un vino tranquilo, que son aquellos que se producen en un proceso de fermentación natural con levaduras del mosto de la uva y en el que no se concentra gas carbónico. Más conceptos que tenemos que tener en cuenta para iniciarnos en este sector, por ejemplo, el vino monovarietal. Este siempre está hecho a base de una sola variedad de uva, a diferencia de un vino multivarietal.

Este último tipo de vino son llamados|nombrados las mezclas o coupage, es decir, cuando mezclamos vinos que se elaboran a partir de la mezcla de diferentes variedades de raíz para un resultado más redondo y personalizado. También se puede hablar de mezcla cuando se utilizan uvas de la misma cepa, pero con características diferentes, o cuando se utilizan uvas de diferentes cepas.

"¿Cuándo podemos hablar del bouquet?", pregunta Viladric. El concepto se refiere a todos aquellos aromas que surgen a partir de la evolución del vino. El bouquet del vino es el aroma que adquiere el vino a lo largo del tiempo. Además, es la mezcla de olores que va surgiendo durante su elaboración y envejecimiento. ¿Y por qué tiene tanta importancia para los enólogos? Por el hecho de que la intensidad del bouquet permite apreciar la calidad de un vino, entre otras características.

La acidez y la astringencia son dos conceptos fundamentales que tenemos que saber desde el primer minuto que nos adentramos en el mundo del vino. La acidez en el vino es el resultado de los ácidos orgánicos que se encuentran naturalmente en las uvas, como el ácido tartárico, málicos y cítricos, cosa que afecta al sabor y la capacidad para envejecer. La astringencia es la sensación de sequedad y rugosidad en la boca después de degustar un vino. El terroir es otro concepto relevante y significa la suma de todos los factores que intervienen en el proceso para conseguir el vino final: tipo de suelo, clima, altitud, etc. Finalmente, el concepto del añada: es el año que hemos vendimiado la uva para hacer el vino y, de hecho, uno de los factores determinantes de la calidad de un vino.