El fin de semana es momento de relajarse y desconectar del trabajo, los estudios y olvidar, durante unas horas, la rutina semanal. Son dos días para hacer otros planes, salir de casa u, otra opción muy válida, quedarse en el sofá abrazando la manta y mirando series y películas. Los sábados y domingos, sin embargo, también resultan ser una oportunidad excelente para descubrir aquellos restaurantes que nos llaman más la atención, pero que entre semana es imposible visitarlos por la falta de tiempo. Para que no tengas que perder tiempo pensando a dónde ir, desde La Gourmeteria te recomendamos 3 restaurantes para probar durante el fin de semana y disfrutar de magníficos platos y lugares.

Los 3 mejores restaurantes del Alt Camp

La comarca del Alt Camp ofrece una gastronomía arraigada a la tradición y al producto de proximidad. Con una cocina marcada por el paso del tiempo y la esencia mediterránea, destaca por platos como el xató, los calçots con salsa romesco —emblema de las típicas calçotades—, o las elaboraciones con conejo, caracoles y verduras de la huerta. El paisaje agrícola, dominado por viñas, olivos y campos de fruteros, se traslada directamente a la mesa, con vinos y aceites de calidad reconocida. Además, muchos restaurantes combinan recetas de siempre con toques contemporáneos que hacen valer la riqueza del territorio. Desde pequeñas bodegas a cocina de mercado hasta masías con encanto, el Alt Camp es un destino ideal para descubrir una cocina auténtica, generosa y fiel a las raíces.

Llépol: el restaurante más top de Vila-rodona

De obrador de mermeladas a restaurante serio y reconocido con cara y ojos. La evolución en cualquier negocio es fundamental y este restaurante no es una excepción. Nos trasladamos a la población de Vila-rodona, en el Alt Camp, para captar la gastronomía que se esconde al restaurante Llépol. Nace en abril de 2016, como obrador de mermeladas. Y fruto de una colaboración con un enólogo del pueblo empiezan a hacer catas y maridajes de vinos y comida. Aquí empieza la cocina y los platos, más allá de las mermeladas. En 2018 reformaron la parte de la sala y los lavabos, que todavía eran almacén agrícola de los inicios. Al hacer la sala, se plantearon de abrir más allá de las catas, y abrir los fines de semana como restaurante.

El delicioso canelón crujiente de calabaza, manzana, manitas de cerdo y trufa de otoño / Foto: La Gourmeteria
Canelón crujiente de calabaza, manzana, manitas de cerdo y trufa de otoño / Foto: La Gourmeteria

Esta experiencia transcurre en un garaje de una antigua casa de pueblo convertida en un pequeño restaurante. Un lugar muy especial a media hora en coche de Tarragona donde todo el mundo se puede sentir como el comedor de su casa. Bet cocina con amor productos de proximidad y ecológicos muy top y apuesta por vinos de bodegas vecinas.

Mas Bell: brasa y tradición catalana

Por descontado, si hablamos del Alt Camp tenemos que hablar de calçots. De acuerdo, ahora a pleno verano no es temporada de este alimento tan característico de esta comarca, pero conviene recordar el restaurante Mas Bell, enclaustrado en una masía centenaria donde, más allá de celebrar la mejor calçotada de la zona, puedes degustar unas magníficas carnes a la brasa. Un espacio natural que respeta la tradición, el entorno y el producto local en su máximo esplendor.

QuintaForca: un oasis de platos a diez minutos de Valls

El restaurante QuintaForca nace del compromiso y del descubrimiento de un territorio y su gente. Son un restaurante de Slow Food y km 0. La cocina que uno se puede encontrar es de proximidad, sin pretensiones. Productos frescos, recién recogidos, ecológicos y sostenibles. Por su cocina pasa lo mejor del campesino, el pescador, el viticultor y un puñado de pequeños productores que tienen cerca.

Plato restaurando QuintaForca Foto Top Catalan Restaurantes
Uno de los platos que se pueden probar en el QuintaForca / Foto: Top Catalan Restaurants

Les gusta el producto de temporada y lo cuidan como es debido, dejando que exprese su naturaleza de sabores y texturas. En definitiva, la cocina de siempre, la tradicional, sin humos. Fresca e intuitiva con un toque loco. Los protagonistas detrás de esta historia son Xavier y Fina, que elaboran una cata de degustación para que los comensales disfruten durante un buen rato de la mesa y de la gente. Para ellos, la vida pasa entre comidas y cocinar es un acto de amor.