La tortita o pancake es un pan plano redondo salado o dulce, la masa base contiene usualmente leche, mantequilla, huevos, harina, levadura, azúcar, sal y opcionalmente, una especia, esencia o extracto (canela o vainilla, por ejemplo). Se diferencia del crepe en que es de menor diámetro, cuenta con levadura y se hace a fuego medio, en cuentas de a fuego lento, hasta que quede dorado. Hay muchas variantes en diferentes culturas y países, no sólo en los ingredientes sino en la manera de ser servido.
En España se le acostumbran a llamar tortitas y tienen una consistencia esponjosa, más gruesa que los crepes, y la circunferencia es más pequeña. Se acompañan normalmente de nata y jarabe (de fresa, de chocolate, de caramelo, de arce, etc.), o bien sólo con mermelada. Se suelen tomar de postre, aunque otras veces se toman como desayuno o merienda. Con la receta que os propongo os saldrán unos 10-12 pancakes. Podéis hacer la mitad y también podéis dejar preparada la masa la noche anterior para cocerlos y servirles al día siguiente para desayunar. La masa reposada adquiere integra mejor los sabores, aunque es una preparación muy sencilla que podéis ejecutar al momento sin problema. ¡Vamos!
300 ml leche
300 g harina
2 huevos
10 g sal
50 g mantequilla
60g aceite girasol
40g azúcar
vainilla o canela
Para decorar o acompañar:
frutas rojas
jarabe de arce
Variantes:
Podéis añadir o sacar harina con la finalidad de cambiar la textura por qué os quede más o menos esponjosa y consistente.
Se puede hacer sin aceite añadiendo la misma cantidad de mantequilla fundida
Se pueden comer fríos, aunque se recomienda que estén calientes
Preparad los ingredientes.
Pesad la harina y pasadla en un colador o cedazo.
Cuando se pasa la harina por el cedazo eliminamos posibles restos o grumos y separamos el granos de trigo, lo que permite una mejor integración de la masa en la receta.
Se pasa rápido.
Siempre quedan impurezas.
Seguidamente, añadimos la levadura química a la harina.
No pongáis todo el sobre, tenéis que medir la cantidad correcta.
Ahora, en un bol aparte, romped un par.
Pesad y añadid el azúcar dentro del mismo bol.
Mezcladlo un poco.
Perfecto.
Añadid la mantequilla a los huevos.
Poned también el aceite de girasol.
Removedlo un poco.
Ahora ya podéis poner la leche.
Y el aroma de vainilla.
Un tapón es suficiente.
A continuación incorporad la harina a la mezcla.
Y mezcladlo poco a poco.
Finalmente la sal.
Os tiene que quedar una mezcla líquida pero con una cierta densidad.
Esta es la textura que a mí me gusta, pero como os he comentado a la introducción tenéis que encontrar el punto que más os guste a vosotros. Esta mezcla la podéis reservar en la nevera tapada con papel filme. Os aguantará un par de días durante los cuales podéis ir haciendo pancakes.
A la hora de hacerlos, poned a calentar una plancha con unas gotas de aceite que esparciréis con un papel. Necesitad una superficie con un poco de grasa para evitar que se pegue, sobre todo, el primer pancake que hacéis.
Cuando la sartén tenga temperatura (a fuego medio, no hace falta demasiado fuerte), ya podéis tirar la masa. Siempre en medio, no tenéis que mover el cucharón.
Esperad un minuto o dos, según la fuerza del fuego, y cuando empiece a hacer burbujas por el centro (no sólo por los laterales) ya le podéis dar la vuelta.
Utilizad una espumadera plana.
¡Perfecto! Esperamos unos instantes más para cocer la "tortita" de la otra banda y ya estará hecha.
¡La primera!
Las podéis ir apilando para mantenerlas calientes y servirlas en la mesa.
Ya sólo quedará acompañar nuestros pancakes con aquello que más os guste. Yo os recomiendo el jarabe de arce que encontraréis en muchos supermercados.
Pero cuidado que engorda mucho, ¿eh?... no deja de ser un edulcorante similar a la miel pero con un porcentaje del 60% de azúcar.
Unas frutas rojas siempre le van bien también.
¡Pues venga!
¡Eps! ¡esto tiene otra pinta ahora!
¡A probarlo!
Podáis otros con jarabe de chocolate, nueces y cerezas.
¡Un poco de azúcar glacé y hacia la mesa!
Si queréis romperlo sólo habrá que añadir nata montada. ¡Buen provecho!