Pocas recetas he tenido que repetir tantas veces como esta antes de publicarla. Y es que he hecho unas cuantas pruebas antes de decidirme por una receta u otra. Si os ponéis, encontraréis que hay muchas recetas diferentes, y en cierta manera, es comprensible. Cada uno lo adapta a su gusto. Esta que os propongo hoy, considero, tiene un punto de equilibrio justo entre lo que sería un bizcocho y un crumble. Es decir, para mí, un brownie tiene que ser crujientemente blando o blandamente crujiente.
¿Parece una incoherencia lo que digo, verdad? Lo que he buscado es encontrar aquel punto de untuosidad que llena el paladar de chocolate intenso. En cualquier caso, para gustos colores, qué dicen, pero permitidme recomendaros este brownie. Espero que os guste.
140 g harina floja
140 g mantequilla
2 huevos
200 g cobertura de chocolate negro
50 g de cacao en polvo
75 g de trozos de nueces
150 g de azúcar moreno
5 g de sal
azúcar glacé para decorar
Variantes:
Se pueden añadir pasas
Pueden cubrirlo con azúcar glacé
Se puede acompañar de chocolate a la taza, crema, nata, frutas, etc.

Preparad todos los ingredientes. ¡Que no falte de nada! Jeje.

Poned la cobertura a deshacer al baño María.

Añadidla al cazo de la cobertura.

Dejad que se deshagan poco a poco.

Por otra parte, pesad la harina.

Y el cacao en polvo.

Los podéis mezclar.

En un cazo aparte, pesad el azúcar.

Muy bien.

Pesad las nueces peladas.

Y cortadlas a trozos.

Vigilad la cobertura y removedla de vez en cuando para deshacer los grumos.

Una vez deshecha la mezcla de cobertura y mantequilla, mezcladlo con el azúcar.

Utilizad una lengua para limpiarlo bien.

Y lo mezcláis.

Seguidamente, incorporad un huevo.

Removedlo e integrad bien este huevo.

Una vez hecho, repetid lo mismo con el siguiente huevo.

Poned la sal.

Añadid las nueces.

Volvéis a remover.

Y finalmente, verted la harina con el cacao.

Integrad bien todos los ingredientes. Notaréis que se transforma en una pasta dura.

Teniendo la masa preparada, buscad un molde de horno de perfil bajo. Recortad papel de horno y...

... forrad el molde. En realidad, eso no se hace para evitar que se pegue. Se hace por qué queda más bonito a la hora de presentar el brownie en la mesa. Queda como más rústico.

Escudillad la masa dentro del molde y repartidla bien. A causa de la densidad de esta masa, también tendréis que aplicar una cierta presión, para evitar que queden espacios vacíos.

Es una masa con bastante grasa, lo que os permitirá utilizar las manos para distribuirla bien.

Y veréis cómo no se pega a las manos.

Si hace falta, recortad el papel sobrante.

Y ya sólo os quedará hornear el brownie a unos 200 grados durante unos 15 minutos.

Y aquí tenéis el resultado.

Es importante respetar la altura de un brownie.

Cortadlo en porciones individuales y servidlo como más os guste. Lo podéis cubrir con azúcar glacé.

Yo he acompañado el brownie de una fresa bien madura.

Un poco de menta para aromatizar el plato y basta. Pero podéis decorar estos postres con chocolate, nata, crema, etc.

¡Buen provecho!