El mal denominado brazo de gitano es uno de los postres más populares consumidos en todo el estado español. Se trata de una masa genovesa cubierta de crema o mermelada y enrollada, la cual se decora con una cobertura de chocolate glaseado o azúcar hielo, entre otros ingredientes. Antes de entrar en cuestión, sin embargo, es interesante parar un momento a conocer la historia del brazo más polémico, y la razón por la cual se llama gitano.

Diferentes teorías sobre el origen de su nombre

Una primera teoría resalta el hecho de que a mediados de los años 50, recorrían las pastelerías los artesanos caldereros (profesionales de reparación y mantenimiento de calderas) cuya etnia era gitana, ofreciendo sus servicios. Una vez prestados a los pasteleros recibían, además de una compensación económica, algún trozo sobrante de pastel del día. Estos trozos eran enrollados previamente por los pasteleros en una plancha de bizcocho. Y, para llevárselos, los caldereros cobijaban el cilindro de recortes en el brazo mientras los operarios de las pastelerías exclamaban "que bien que queda el pastel en el brazo del gitano".

La segunda teoría, y la más aberrante, es la que explica que el nombre de este popular bizcocho es porque su forma enrollada y larga deja a la vista la parte más oscura del brazo de gitano, muy parecido al color oscuro de piel de los gitanos. Además, si estos postres se decoran con cerezas escarchadas y merengue, recuerda la manga del típico vestido que lucían a las gitanas en las fiestas.

La mona de Sant Cugat, los 'conguitos' o las patatas 'a lo pobre'

Evidentemente, este es un tema de debate. Habrá gente que estará de acuerdo, y gente que piense el contrario. Es importante recalcar, sin embargo, que vivimos en una sociedad en la que las personas blancas disfrutamos de privilegios. Unos beneficios de los cuales no disfrutan las personas de otras etnias, minorizadas y discriminadas. Esta discriminación, por cierto, se manifiesta de muchas maneras. En esta pieza, sin embargo, me quiero parar en las manifestaciones lingüísticas-gastronómicas racistas.

La segunda teoría del origen del nombre brazo de gitano es de una barbaridad increíble y me angustia desconocer el porqué la sociedad no ha puesto sobre la mesa la opción de cambiar el nombre. Al fin y al cabo, no lo encuentro tan iracundo. Bien que hubo lo debate, por suerte, de la mona de Sant Cugat que evocaba claramente al racismo y al esclavismo. O bien que ha estado el debate de eliminar las golosinas horriblemente denominadas 'conguitos'. O bien que ha estado el debate de eliminar la connotación clasista en la receta de las patatas 'a lo pobre'.

¿Cuál es la diferencia, por lo tanto, con el brazo de gitano? Yo, al menos, no la encuentro. Y la excusa que se podría poner sobre que no existen otras opciones o que ya está demasiado establecido este nombre son de una falacia bíblica. Con respecto a la segunda, no sería el primer caso en el que las instituciones de la lengua catalana o la Real Academia Española modifican el significado de las palabras o las mismas palabras para adaptarlos al día a día actual. Y con respecto a la primera excusa, sí que encontramos diferentes alternativas para evitar connotaciones racistas. De hecho, solo hay que mirar otros países para ver cómo se refieren a estos postres. En Brasil, por ejemplo, "rocambole"; en Chile, "brazo de reina"; en Argentina, "arrollado"; en Portugal, "torta". Opciones no faltan. Quizás lo que falta es el paso adelante de la sociedad para frenar los postres más racistas de nuestro país.