Los restaurantes sirven para disfrutar de una buena comida con los tuyos y desconectar del trabajo. Pero para los amantes de la cocina, los restaurantes también son una fuente de inspiración para intentar hacer en casa algunos platos que normalmente no cocinarías. Desde Ca l'Amador, la receta que te propongo hoy es pechuga de pollo confitada con especias y ensalada de calabacín, un plato de chef digno de restaurante y que rompe todos los esquemas. ¡Salud y suerte, familia!
Los platos ligeros y frescos son los que más apetecen en verano. Normalmente, son preparaciones frías hechas con frutas y verduras condimentadas con alguna salsa o vinagreta. La ensalada rusa o la macedonia son buenos ejemplos, pero también hay platos fríos de verano que se hacen con pescado, como el ceviche peruano o la esqueixada de bacalao. Con los platos de carne, sin embargo, más allá de algunas preparaciones frías que se hacen con ternera (como el tartar y el carpaccio), acostumbra a pasar al contrario; las de cerdo o pollo son elaboraciones normalmente calientes que no apetecen tanto en verano porque suelen ser guisos o sopas reconfortantes. Hoy te traigo un plato delicioso que rompe esta norma, hecho con pollo y con un montón de sabor. Una pechuga de pollo confitada con especias y ensalada de calabacín que puedes adaptar a tus gustos y que se prepara en menos de media hora y de manera muy sencilla. Una ensalada que en realidad es tibia, porque el pollo se cocina al fuego y el calabacín se sirve frío.
Una pechuga de pollo confitada con especias y ensalada de calabacín que puedes adaptar a tus gustos y que se prepara en menos de media hora y de manera muy sencilla
Ingredientes de la receta:
- Pollo
- Curri rojo
- Ras el Hanout
- Calabacín
- Aceite
- Pimienta
- Sal
- Limón
- Menta

El paso a paso de la receta
- En una cazuela, añade una cantidad generosa de aceite.
- Caliéntalo a fuego medio, pero sin que llegue a hervir.
- En este mismo aceite, añade el curri rojo y el ras el Hanout. Puedes añadir más especias o cambiarlas en función de tus gustos.
- Sumerge el pollo en el aceite.
- Confítalo durante 20 minutos, dándole vueltas de vez en cuando.
- Pasado este tiempo, saca el pollo del aceite. Tiene que quedar tierno y jugoso.
- Pasa el pollo a una bandeja con papel absorbente para retirar el exceso de aceite.
- Mientras tanto, con la ayuda de una mandolina, corta el calabacín bien fino.
- Alíñalo con sal, pimienta, un poco de aceite de la cocción del pollo y unas hojas de menta.
- Mézclalo todo bien.
- Corta el pollo a trozos del tamaño que prefieras.
- Pon los trozos de pollo en la base del plato.
- Añade el calabacín aliñado por encima.
- También puedes cortar el pollo en trozos pequeños y mezclarlo con el calabacín, o añadir más hortalizas a la preparación.