¡Hola hola, gourmeters! En pleno corazón del Eixample, donde la arquitectura modernista y la energía urbana se funden, se esconde un pequeño tesoro gastronómico que merece ser descubierto este verano: el restaurante Âme. Con poco más de 20 cubiertos y una atmósfera íntima, este bistró es el escenario perfecto para una experiencia culinaria que combina elegancia y emoción. Detrás de Âme hay la pasión y la complicidad de dos jóvenes talentos: Joey Attieh, libanés, y Pachi Rodríguez, venezolano. Se conocieron en la escuela de hostelería de Sant Pol de Mar y compartieron prácticas en los fogones del restaurante Moments del Mandarin Oriental. Después de abrir Albé, un homenaje a los sabores de Oriente Medio, han decidido ahora rendir tributo a la cocina francesa con Âme, un proyecto que refleja su trayectoria y la suya estima por la gastronomía. Probaremos el menú degustación Epicuri, que combina técnicas francesas con productos locales de temporada. ¡Vamos a ello, que Pachi y su eterna sonrisa ya llegan con el primero de los platos!
Empezamos por la crema fría por excelencia del verano (con perdón del gazpacho), la vichyssoise de espárragos blancos, que no lleva patata y de verdad que no se echa de menos. Llega a mesa lo que de lejos habría jurado que era una alcachofa, pero nada más lejos, ya que se trata de una seta. El maitake es una seta originaria del Asia oriental, especialmente de Japón, China y Corea, y su nombre japonés, 'maitake', quiere decir literalmente "seta bailadora", porque según la leyenda, la gente bailaba de alegría cuando la encontraba en el bosque por su rareza y valor. En este restaurante se sirve con una salsa tibia de anacardo y foie y una gelée de vinagre de higo. La seta está crujiente y el sabor de foie es potente.
El siguiente platillo es de aquellos que te quieres llevar a casa porque es una pieza de un proyecto de una pareja de Castelldefels que se llama Piel Cerámica. Encima hay tres elaboraciones: un consomé de ternera con colinabo y aromatizado con unas hierbas frescas que lo hacen apto para el verano, un tártar de atún Bluefin (uno de los atunes más preciados) dentro de un vasito crujiente y un maravilloso crepe de gamba roja de Palamós. Este último mordisco es una fantástica tartaleta con gamba roja, un velo de mar y un poco de caviar cítrico.

¿Qué esconde esta montaña de aire?
Pachi nos viene a ver con dos montañas de un aire de moluscos (el término gastronómico para referirse a una espuma ligera y etérea) que esconden una vieira Hokkaido, que es la isla más septentrional y la segunda más grande de Japón. La vieira está escaldada para proteger su dulzura original y junto con el aire y una cremita en la base es un plato redondo, como también lo es la seriola (una variedad de pescado) con agua de tomate. El pescado se sirve con un acompañamiento que es un salmorejo de fresas del Maresme.
Como platos principales, una trucha del Pirineo con una base de beurre blanc, una salsa clásica de la cocina francesa que literalmente quiere decir 'mantequilla blanca', una presa ibérica con una demi-glace que se reduce a fuego lento durante cinco días, y un pichón. Este último plato de carne se acompaña con una demi-glace que aporta profundidad, elegancia e intensidad de sabor.
¡Queso, de postres, siempre sí!
Pocas cosas apruebo tanto de los franceses como la tradición de comer queso de postres, o mejor dicho, de previa a los postres. En Francia, es muy habitual que después del plato principal (especialmente en comidas largas o de celebración), se sirva un plato de quesos antes de los postres dulces. No sustituye el postre dulce, sino que es una etapa previa o alternativa. En Âme se puede probar una selección de tres quesos: un brie de Bourgogne, un 'cendrat' y un Comté (el que para mí es el queso perfecto). Con respecto a los postres dulces, fresas con cava y un pudding de dátiles Medjool con caramelo beurre salé y una chantilly. Puedo decir con certeza que enamora todos los paladares, son de aquellos postres que recuerdas mucho tiempo.

El restaurante Âme es una joya gastronómica que combina la elegancia de la cocina francesa con la esencia y productos locales catalanes y sus chefs saben cautivar los paladares más exigentes con su propuesta culinaria refinada e íntima. En definitiva, Âme es un destino imprescindible para los amantes de la buena cocina que buscan una experiencia culinaria única y memorable en Barcelona. ¡Hasta pronto gourmeters!