La cocina francesa y la gastronomía mediterránea son la cuna de la mayoría de restaurantes de alta cocina actuales. Y en Barcelona, entre la amplísima oferta de establecimientos que hay en el Eixample, encontramos uno que fusiona estos dos conceptos para ofrecer un producto pensado, cocinado y presentado para los paladares más curiosos. Así es Âme, el restaurante con alma francesa que ofrece un menú singular justo en medio de Barcelona.

Inspiración gala

El Eixample está lleno de restaurantes con ofertas muy diversas y conceptos culinarios muy variados. Pero son pocos los que fusionan dos conceptos tan potentes como son la cocina francesa y la gastronomía mediterránea. Âme (que en francés significa 'alma'), ubicado en la calle Londres, 91, es un restaurante de alta cocina que se atreve a combinar estos dos conceptos y conseguir una fusión singular.

Cuando traspasas la puerta del local, la suave música y la tranquilidad del comedor te bajan las revoluciones aceleradas que te produce el frenesí del Eixample

Cuando traspasas la puerta del local, la suave música y la tranquilidad del comedor te bajan las revoluciones aceleradas que te produce el frenesí del Eixample. Las paredes desnudas, las mesas minimalistas y la cocina abierta al fondo llenan un espacio sobrio, calmado y sencillo. Âme ofrece un menú degustación de diez pasos, con algunas de las opciones también disponibles en carta por si no quieres disfrutar la experiencia completa.

Crepe de mar y tártaro de ciervo
El crepe de mar de gamba roja (derecha) y tartar de ciervo (izquierda) es uno de los mejores platos. / Foto: Emma Porta

Uno de los aspectos más curiosos de la oferta es la opción de pedir arroz durante el menú degustación. Un añadido para al menos dos personas que no acabamos de entender; nos lo explicaron, pero no nos lo ofrecieron. Sea como fuere, hicimos bien en no insistir porque ya acabamos bastantes llenos con los diez platos del menú.

Con respecto a la parte líquida, disfrutamos de un Alta Alella y un Otazu blancos que nos gustaron bastante, especialmente el segundo. No obstante, tampoco nos acabó de quedar claro si el maridaje que ofrecían a las otras mesas era excluyente con repetir una copa del mismo vino -cosa que hicimos con el Otazu porque encantó, y porque somos un poco sibaritas-.

Hamachi
La salsa de tomates del Hamachi tiene un sabor bueno y curioso. / Foto: Emma Porta

Platos de todo tipo

El menú experiencia, la opción degustación de diez pasos, consta de platos de todo tipo, pero siempre manteniendo el producto mediterráneo y reminiscencias francesas en la técnica usada. Consomé de setas, gamba roja, trucha del Pirineo o ciervo son algunos de los productos que se sirven, presentados de formas elegantes y cuidadas. En cada plato, la camarera te explica qué te está sirviendo para que entiendas, más allá del sabor, el significado de cada receta. Una manera de funcionar que no siempre gusta a todo el mundo, y que hay que tener presente cuando se va a hacer un menú degustación de este tipo.

Púdding
El pudin de dátiles son unos postres potentes para cerrar la comida. / Foto: Emma Porta

Si prefieres comer tranquilo sin explicaciones esmeradas y sofisticadas, está claro que el menú degustación no es tu opción. Ahora bien, si eres de los que disfruta con la gastronomía, se interesa por el producto que come y quiere aprender, más allá de los fogones, por qué se trabaja cómo se trabaja en un restaurante, una comida en el Âme es una alternativa a tener en cuenta.