Desde hace años, escuchamos hablar bastante de la ‘vitamina del sol o vitamina D’ y de los problemas que genera en especial en la salud ósea la deficiencia de la misma. Con la llegada del otoño y el invierno, las horas de sol se reducen, con lo que debemos compensar los niveles de vitamina D que nos proporciona el sol durante el verano con otras fuentes durante el invierno. Para hacernos una idea, un 80% de la vitamina D se sintetiza por la piel al exponernos a la luz ultravioleta sin protección y tan solo un 20% a través de la dieta. Curioso, ¿verdad?

Tomar el sol / foto: unsplash
Tomar el sol / foto: unsplash

Vitamina D

Hay que decir que aunque la llamemos vitamina D, se trata de una hormona que regula el metabolismo del fósforo y del calcio y, por lo tanto, de los huesos. Es una vitamina necesaria para el organismo porque se encarga de absorber el calcio a nivel intestinal, lo cual es clave para nuestros huesos. Cuando existe carencia de vitamina D, el cuerpo absorbe menos calcio y menos fosfato. Dado que estos minerales ayudan a mantener sanos los huesos, el déficit de vitamina D da lugar a un trastorno óseo llamado 'raquitismo' en los niños y 'osteomalacia' en los adultos. 

Huevo / foto: unsplash
Huevo / foto: unsplash

Por todo esto, si te estás preguntando cómo mantener unos niveles correctos de vitamina D en tu cuerpo, estás en el sitio indicado, porque a continuación vamos a mostrar toda una serie de alimentos que contienen esta vitamina tan necesaria y que puedes obtener a partir de su consumo. Estos son algunos de los más habituales: 

  • Pescados grasos, como el salmón o el atún
  • Hígado de ternera 
  • Yemas de huevo
  • Queso y mantequilla
  • Champiñones
  • Sardinas
  • Conservas en escabeche o en aceite

Como vemos, la variedad de alimentos es de lo más pintoresca, por lo que tenemos varias opciones a la hora de ingerir alimentos que contengan vitamina D.

Salmón / foto: unsplash
Salmón / foto: unsplash

Alimentos enriquecidos con vitamina D

Actualmente, son muchos los alimentos que se producen enriquecidos con vitamina D, como la leche, los cereales y el zumo de fruta, entre muchos otros. También están los suplementos vitamínicos para completar las necesidades de nuestro organismo. Eso sí, siempre que hablemos de suplementos, debemos consultarlo antes con un especialista para saber si realmente los necesitamos y van a ser beneficiosos para nuestro cuerpo. No obstante, hay que tener en cuenta que un exceso de esta vitamina puede resultar perjudicial para la salud, ya que favorece la absorción de calcio a través del tracto intestinal, lo que puede producir una hipercalcemia o, lo que es lo mismo, un exceso de este mineral en sangre, que se manifiesta de diferentes formas como daño renal o sensación de debilidad.

Así que ya sabes, a falta de horas de sol, durante el otoño y el invierno, la vitamina D se puede conseguir con otras muchas fuentes de alimentos que ayudaran a nuestros huesos y al bienestar de nuestro organismo.