Durante la jornada de hoy se ha celebrado la gran final de los Premios Gastronómicos Josep Lladonosa, uno de los concursos gastronómicos más importantes de Catalunya. El Palau de Pedralbes de Barcelona ha sido la sede de unos premios en que Jenny Mieres y Martina Pérez se han impuesto en las dos categorías principales. En total se han repartido 4 premios entre los 18 participantes de un concurso que, apadrinado por los hermanos Torres, se consolida como una cita imprescindible de la gastronomía joven en Catalunya.
Talento joven
Los premios Josep Lladonosa tienen como misión potenciar la formación gastronómica, la alimentación saludable y la cultura del reaprovechamiento. Un concurso que llega a la quinta edición para consolidarse como el certamen más importante de cocina catalana, y joven, del país. Este año, además, el concurso se ha internacionalizado, con la participación de concursantes de Andorra, algunos de los cuales se han clasificado para la última fase. Durante la final, los candidatos de la categoría de cocina y de sala han tenido que superar diferentes retos para ganarse el favor del jurado. Un jurado formado por el mismo Josep Lladonosa, los hermanos Javier y Sergio Torres, la periodista Cristina Jolonch, el director de la Fundación Alícia Toni Massanés, la cocinera Susana Aragón, el profesor Jordi Parés y la dietista Elena Maestre. Al jurado de sala lo forman el director de Cocina Hermanos Torres Pablo Sacerdotte, el sumiller Anna Casabona, Marino Macías. Jordi Castany i Antonello Ghiani.
Los ganadores del concurso
Jenny Mieres ha ganado el premio en la categoría y de Cocina, mientras que Martina Pérez ha sido la vencedora del premio de Sala. Además de estos dos galardones, también se han repartido el premio Social y el de Cocteleria, que han sido, ambos, para Pol González. A la final, además de los concursantes y el jurado, han asistido el Conseller de Agricultura, Ramaderia, Pesca y Alimentació del Govern de la Generalitat de Catalunya, Oscar Ordeig, el Director General de Empresas Agroalimentarias, Joan Gòdia y otras autoridades de las diputaciones de Barcelona y Tarragona.
El acto se ha celebrado en el Palau de Pedralbes de Barcelona, un espacio majestuoso a la altura de la competición que se ha llevado a cabo. Los finalistas, todo jóvenes de toda Catalunya y Andorra, han puesto a prueba sus habilidades de cocina y servicio para intentar convertirse en el mejor cocinero o camarero del país. Unos premios que certifican el buen estado de salud de la cocina catalana y dan alas a una generación muy potente de cocineros dispuesta a mantener una tradición gastronómica casi milenaria.