El lángos es un plato tradicional húngaro que, a primera vista, podría recordar a la pizza por su forma plana y redonda, pero aquí terminan las similitudes. Este delicioso manjar es en realidad un tipo de pan frito, cuyas raíces se hunden profundamente en la rica tierra de la gastronomía húngara, ofreciendo una experiencia culinaria única que difiere completamente de la icónica especialidad italiana. Aunque su popularidad se ha extendido por varios países de Europa Central y del Este, el lángos conserva un lugar especial en el corazón y el paladar de los húngaros.

Este delicioso manjar es en realidad un tipo de pan frito

Orígenes e historia

El lángos tiene sus orígenes en la época de los turcos otomanos en Hungría, aunque algunos argumentan que su existencia precede incluso a este período. Tradicionalmente, se preparaba con el pan que sobraba del día anterior. Este se humedecía, se formaba en discos y luego se freía en grasa o aceite, transformándose en un alimento completamente nuevo y delicioso. Con el tiempo, la receta evolucionó hasta convertirse en la versión moderna que conocemos hoy, la cual se hace con una masa fresca a base de harina, agua (o leche), levadura y sal.

Langos con queso
Lángos con queso / Foto: Unsplash

Características del lángos

La textura del lángos es excepcionalmente ligera y aireada por dentro, con un exterior crujiente dorado que lo hace irresistible. La clave de su textura única reside en la técnica de fritura y en la consistencia de la masa, que debe ser suave y elástica. Después de freír, se suele servir caliente, untado con ajo triturado en agua o aceite, y se puede cubrir con una variedad de toppings.

Toppings y variantes

Aunque el lángos tradicional se disfruta con ajo, sal y quizás un poco de queso rallado o crema agria, las variantes modernas permiten una amplia gama de coberturas. Los más populares incluyen queso, jamón, salchichas, champiñones, incluso ingredientes dulces para una versión de postres. Sin embargo, el lángos clásico con queso y crema agria sigue siendo el favorito de muchos.

Preparación

Preparar lángos en casa es un proceso sencillo, pero requiere cierta habilidad para manejar la masa. La masa se mezcla y se deja levar hasta que dobla su tamaño, luego se forma en discos planos que se estiran cuidadosamente antes de freír en aceite caliente. La clave es freírlos hasta que alcancen un dorado perfecto, asegurando que el exterior esté crujiente, mientras que el interior permanece suave y esponjoso.

Lángos clásico
Lángos clásico / Foto: Unsplash

Un símbolo de la cocina callejera húngara

Más allá de ser un simple alimento, el lángos simboliza la rica cultura culinaria de Hungría. Se ha convertido en un ícono de la comida callejera, popular en ferias y mercados, donde los aromas tentadores de la masa frita atraen a locales y turistas por igual. Su sencillez, versatilidad y delicioso sabor lo han convertido en un favorito perdurable, una experiencia culinaria húngara que todos deben probar al menos una vez.

En resumen, el lángos es mucho más que la versión húngara de la pizza; es una delicia culinaria con una rica historia, capaz de satisfacer paladares con su sabor único y su versatilidad en toppings. Si aún no has tenido el placer de probarlo, este platillo ofrece una excelente manera de explorar la rica gastronomía de Hungría desde la comodidad de tu cocina.