Un lenguado en la plancha, un entrecot a la sartén o un arroz a la cazuela. Podemos cocinar maravillosas recetas con utensilios y bases de todo tipo. Ahora bien, una de las preferidas para los mejores cocineros del país y que no es complicado de utilizar es el horno. Gracias a este electrodoméstico podemos cocinar pasteles, pimiento escalivado y suculentos platos de carne y pescado como el salmón o el cabrito al horno. Para no hablar de las pizzas, artesanas o no, que elaboramos los viernes o los sábados gracias, una vez más, al horno. ¿Pero lo utilizamos de manera correcta o ponemos en peligro nuestra salud si ponemos papel de aluminio?
Tienes que hacer un cambio urgente al cocinar al horno: di adiós al aluminio
A veces, en la base de la pizza ponemos una capa fina de papel de aluminio para que no se enganche con la bandeja o para que no se ensucie o cuando envolvemos las patatas o los pimientos con papel de aluminio para una mejor cocción. ¿Eso es seguro o ponemos en peligro nuestra salud? Es uno de los grandes mitos culinarios en los fogones de las casas y mucha gente desconfía por miedo al hecho de que afecte al buen funcionamiento de nuestro organismo.

Este papel especial aguanta bien las altas temperaturas y, por eso, se suele utilizar al horno. Así y todo, antes de comercializarse tiene que superar unos ensayos de migración, donde se muestra la cantidad de metal que pasa al alimento. En este caso, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria lo tiene establecido en 1 mg/kg de alimento. Por lo tanto, siempre que se utilice a las temperaturas adecuadas, no superará estas cantidades. De hecho, hay más mitos que rodean la figura del papel de aluminio. Uno de los más viejos es el que defiende que solo se puede utilizar por una cara, la más brillante, que es la que tiene que envolver los alimentos por el hecho de que la otra es tóxica. En realidad, nada de eso es verdad, tal como explica Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología.
"Es completamente falso afirmar que una banda del papel y la otra tengan características diferentes. Son exactamente iguales, excepto por el tono, y el papel de aluminio funciona igual de bien por las dos caras", asegura la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en una publicación para desmentir varios rumores. "El papel de aluminio no representa ningún riesgo para la salud a menos que se ingiera una parte", añadía la entidad. El segundo falso mito, un poco más complejo, sugiere que utilizarlo para cocinar al horno podría implicar un peligro, ya que los alimentos podrían quedar contaminados y, como consecuencia, afectarse. Esta idea tampoco es cierta, o cuando menos, no lo es en el grado que a menudo se da a entender. Nadie enferma después de comerse un pescado al horno cocido encima del papel de aluminio. Tampoco pasa nada si lo utilizamos como barrera para evitar ensuciar el horno al calentar una pizza, por ejemplo.

Los errores y peligros del papel del aluminio
Eso sí, a la hora de usar este papel también se tienen que tener en cuenta algunos posibles errores. Por ejemplo, evita que el papel entre en contacto con el cristal de la puerta del horno, ya que puede provocar decoloraciones. También hay estuches específicos de silicona que hacen la función del papel de aluminio, aunque siempre que no se haga un uso excesivo del papel para cocinar, no estarás poniendo en riesgo tu salud. Además, el profesor de Biotecnología de la Universitat Politècnica de València y divulgador, José Miguel Mulet, explica qué alimentos no se tendrían que cocer al horno utilizando el papel de aluminio.
Cocer determinados alimentos con papel de aluminio al horno puede comportar riesgos para la salud, especialmente cuando se trata de productos muy ácidos o muy alcalinos. Aunque el aluminio es un material habitual a muchas cocinas, hay que conocer cómo reacciona con los alimentos y en qué condiciones puede resultar problemático. Según el profesor e investigador, en el caso de los alimentos muy ácidos, como el tomate, el zumo de limón o la naranja, pueden interactuar químicamente con el papel de aluminio cuando se cocinan a temperaturas elevadas. Esta reacción puede provocar que pequeñas partículas de aluminio se desprendan y pasen a la comida.
Aunque la cantidad transferida es baja, y puntualmente no representa un peligro, una exposición constante puede tener consecuencias a largo plazo. También hace falta tener en cuenta algunos vegetales como las espinacas o las acelgas, que pueden tener un efecto similar si se cocinan envueltos en aluminio. Estos alimentos, especialmente cuando son frescos y se preparan al horno o a la brasa, pueden favorecer la migración del metal cabe en el plato final, una situación que no se da con otras técnicas como el hervido o al vapor.
Alternativas al papel de aluminio
Para evitar este riesgo potencial, una buena alternativa es utilizar papel de horno (papel sulfurado), que resiste altas temperaturas y no reacciona con los alimentos. También se pueden utilizar recipientes de cristal o silicona, materiales seguros y reutilizables que ayudan a reducir la presencia de metales a nuestro plato y, de rebote, el residuo en la cocina.