Brindar en Fin de Año con una copa de cava es casi un ritual colectivo, un gesto que se repite año tras año entre risas, uvas, abrazos y promesas que duran más o menos lo mismo que las burbujas en la copa. Sin embargo, cada vez son más quienes sienten que el simple acto de descorchar y servir se queda corto frente a unas mesas cada vez más cuidadas y a unas celebraciones donde se busca sorprender, incluso en los pequeños detalles. En ese contexto, los cócteles con cava se han convertido en una forma elegante, festiva y muy actual de darle una vuelta al brindis clásico, transformando un espumoso de toda la vida en una bebida más creativa, refrescante y memorable, capaz de convertir cualquier salón en el epicentro de la noche.
Los mejores cócteles de cava
El cava, especialmente en su versión Brut, es un aliado perfecto para la coctelería porque aporta frescura, acidez equilibrada y burbuja fina sin tapar el resto de ingredientes. Por eso cada vez es más habitual verlo mezclado con cítricos, destilados o amargos, dando lugar a combinaciones que mantienen el espíritu festivo sin caer en lo empalagoso. Uno de los ejemplos más celebrados es el negroni sbagliato, una versión más ligera y chispeante del clásico italiano que sustituye la ginebra por cava, logrando un resultado sofisticado, aromático y sorprendentemente fácil de beber, ideal para abrir la noche sin saturar el paladar.
Más conocido, pero no por ello menos efectivo, es la mimosa, un cóctel que demuestra que la simplicidad bien entendida nunca falla. La mezcla de cava con zumo de naranja aporta color, frescura y un punto dulce muy agradecido tras las comidas copiosas de Navidad. Su baja graduación y su carácter amable lo convierten en una opción perfecta para quienes quieren brindar sin excesos, manteniendo una sensación ligera y elegante que funciona a cualquier hora.
La mimosa es un cóctel que mezcla el cavo con zumo de naranja, que le aporta color, frescura y dulzor
Para quienes buscan algo con más personalidad, el old cuban es una pequeña joya moderna que combina ron, lima, menta y cava en una mezcla que recuerda al mojito, pero con un toque más serio y nocturno. Es un cóctel equilibrado, aromático y festivo, que demuestra cómo el cava puede integrarse en recetas más complejas sin perder protagonismo ni frescura.
Y si hay un cóctel que juega en casa cuando hablamos de celebraciones, ese es el agua de Valencia. Con cava, zumo de naranja natural, ginebra y vodka, es una bebida desenfadada, potente y muy compartible, perfecta para servir en jarra y alargar la conversación entre brindis. Apostar por cócteles con cava en Fin de Año no es solo una cuestión de originalidad, sino una forma de convertir el brindis en una experiencia distinta, donde cada copa cuenta una historia y cada burbuja suma celebración.
