Es posible que te hayas preguntado por qué el hielo que haces en casa se derrite más rápido que el que te sirven en bares o el que venden en bolsas en el supermercado. A simple vista, puede parecer que todo el hielo es igual, pero la forma en la que se congela hace toda la diferencia. Mientras que los cubitos caseros suelen tener un color blanco y opaco en el centro, los comerciales son completamente transparentes y mucho más resistentes al calor. Esta diferencia visual no es solo una cuestión estética: hay una explicación científica que determina su comportamiento, su durabilidad y hasta su eficiencia. El creador de contenido @el_chico_cuieioso27 lo explica con claridad en uno de sus vídeos, y el motivo tiene todo que ver con el proceso de congelación.
El hielo de casa y el hielo comercial: las diferencias
Cuando preparamos hielo en casa, lo hacemos utilizando bandejas o moldes de silicona que se meten directamente al congelador. En este entorno, el agua se congela de forma desordenada y desde todas las direcciones a la vez, excepto desde el centro. Este proceso atrapa en el interior microburbujas de aire y pequeñas impurezas del agua, que no tienen tiempo de escapar antes de que el líquido se solidifique. Esas burbujas son las responsables del aspecto blanco y opaco que vemos en el corazón del cubito. Ese aire atrapado hace que el hielo casero se derrita más rápido, ya que su estructura interna no es tan densa ni uniforme como la del hielo comercial.

Al hielo que congelamos en casa se le quedan micropartículas de aire en el interior
En cambio, el hielo que se produce a nivel industrial o en máquinas especializadas se congela desde una única dirección, generalmente desde abajo hacia arriba. Esto permite que el aire y las impurezas se vayan desplazando poco a poco hacia la parte superior del cubito, desde donde pueden ser eliminadas. El resultado es un cubito completamente transparente, de apariencia cristalina y con una estructura interna más compacta. Este tipo de hielo es mucho más resistente a la temperatura ambiente y tarda más en derretirse, lo cual lo hace ideal para mantener bebidas frías durante más tiempo sin aguar su sabor.
Además, el hielo transparente no solo es más duradero, sino que también es más atractivo a la vista, lo que lo convierte en la elección preferida para cócteles y bebidas premium. Así que la próxima vez que veas esa diferencia entre el hielo casero y el comercial, ya sabrás que no es solo cuestión de estética: es pura física en acción. Y si quieres intentarlo tú mismo, ya hay trucos caseros para hacer hielo transparente… aunque ninguno es tan rápido como el del supermercado.