En el mundo de la cocina, no paran de surgir trucos virales que prometen facilitar nuestra vida entre fogones. Uno de los últimos que ha arrasado en redes sociales es el que propone limpiar el aceite usado con almidón o maicena para poder reutilizarlo. Sin embargo, el creador de contenido de la cuenta de Instagram @soycienciaycocina ha querido ponerlo a prueba de manera rigurosa y científica. En su vídeo analiza si este método, que parece tan efectivo a simple vista, es realmente seguro para la salud. Lo que descubre es bastante interesante y, sobre todo, importante para quienes acostumbran a reutilizar aceite tras varias frituras.
Se pone a prueba el truco viral de limpiar el aceite con almidón o maicena
El truco viral consiste en mezclar almidón o maicena con el aceite usado, provocando que los restos de alimentos y las impurezas se aglutinen y se separen del líquido. El aceite resultante parece mucho más limpio, casi como recién abierto. El experto confirma que el proceso funciona, en el sentido de que sí consigue mejorar el aspecto del aceite, eliminando partículas sólidas suspendidas. No obstante, advierte de que esta limpieza superficial no elimina los problemas más profundos que aparecen en el aceite tras varios usos.

Durante las frituras, las altas temperaturas provocan que las moléculas del aceite se degraden, rompiéndose en ácidos grasos libres y glicerol. Además, se generan compuestos polares, sustancias que no solo alteran el sabor y el olor del aceite, sino que son potencialmente nocivas para la salud. Aunque el almidón pueda eliminar restos visibles, no tiene la capacidad de revertir estos cambios químicos peligrosos. De ahí que este experto recomiende ser muy cautos a la hora de decidir si reutilizamos o no un aceite.
El aceite resultante parece mucho más limpio, casi como recién abierto
Lejos de apoyar el truco viral, el creador de @soycienciaycocina aconseja un método más tradicional y seguro: filtrar el aceite usado cuidadosamente para retirar impurezas sólidas y limitar su reutilización a un máximo de tres veces. Además, insiste en la importancia de guardar el aceite filtrado en un recipiente hermético y en un lugar oscuro para evitar que la luz y el aire aceleren su deterioro. Esta práctica ayuda a preservar la calidad del aceite el mayor tiempo posible sin comprometer la salud.
Así que, aunque resulte tentador confiar en los milagros de las redes sociales, cuando se trata de alimentos y seguridad, mejor seguir los consejos de los profesionales. No basta con que un aceite se vea limpio: su composición química cambia de forma irreversible tras varios usos. Más vale invertir en aceite nuevo que arriesgarse a consumir sustancias perjudiciales.