A menudo se repite que irse a dormir con el estómago lleno no es lo más recomendable, pero en muchas casas, especialmente en España, la cena se ha convertido en uno de los momentos más valorados del día. Tras una jornada de trabajo y obligaciones, llega esa pausa que invita al relax y a disfrutar de una buena comida. Sin embargo, lo que a simple vista parece un placer cotidiano puede convertirse en un error nutricional importante si no se escogen bien los alimentos. Y es que el cuerpo, cuando se prepara para dormir, también reduce su ritmo, lo que implica que las calorías consumidas a esa hora tienen muchas más probabilidades de terminar almacenadas como grasa si no han sido necesarias para cubrir un gasto energético real.

Este alimento es un error en la cena

Uno de los principales consejos de los nutricionistas es evitar los alimentos ricos en carbohidratos a última hora del día. Durante el sueño, el cuerpo entra en una especie de modo de ahorro energético. No quema apenas calorías, y si se cena abundante arroz, pasta, pan, patatas o incluso un plátano como postre, ese exceso de glucosa que no se utiliza se transforma y se guarda en forma de grasa corporal. Esto ocurre especialmente si no se ha hecho ejercicio por la tarde o no se han agotado las reservas de glucógeno, que es el combustible que el cuerpo utiliza en los entrenamientos o actividades físicas. En esos casos, ingerir hidratos complejos o frutas energéticas como el plátano, aunque sean alimentos saludables, no tiene demasiado sentido desde el punto de vista metabólico.

Por la noche, es mejor evitar los productos ricos en carbohidratos / Foto: Unsplash
Por la noche, es mejor evitar los productos ricos en carbohidratos / Foto: Unsplash

Por la noche, es mejor apostar por alimentos ligeros y fáciles de digerir. Las cenas copiosas, ricas en grasas saturadas como embutidos, quesos curados, pizzas o salsas contundentes, no solo aportan muchas calorías que el cuerpo no necesita, sino que además interfieren en la calidad del sueño y pueden dificultar la digestión. Por eso, aunque el plátano tiene beneficios reconocidos, como favorecer el descanso y aumentar la sensación de bienestar, debe reservarse para momentos del día en los que el organismo esté más activo, como la mañana o la tarde.

Las cenas contundentes afectan a la calidad el sueño / Foto: Unsplash
Las cenas contundentes afectan a la calidad del sueño / Foto: Unsplash

No obstante, si la alternativa es un producto ultraprocesado lleno de azúcares añadidos o grasas poco saludables, el plátano sigue siendo la opción más recomendable. Pero más allá de qué se cena, también importa cuándo se hace. Según investigaciones del Instituto de Salud Global de Barcelona, cenar al menos dos horas antes de irse a dormir puede mejorar el metabolismo, facilitar la digestión y reducir riesgos de enfermedades. En resumen, para no convertir la cena en un enemigo de tu salud, lo ideal es optar por proteínas magras, verduras cocinadas con suavidad y pequeñas dosis de grasas saludables, sin abusar de azúcares ni almidones que, si no se queman, inevitablemente se almacenan.