El oficio de camarero es uno de los lo más injustamente infravalorados. Se acostumbra a relacionar el trabajo de camarero con la falta de profesionalidad y malas condiciones laborales; pero el trabajo de los camareros es indispensable para que un restaurante funcione correctamente. No solo son el medio imprescindible para que la comida llegue a la mesa, sino que un buen servicio es la clave para disfrutar de una comida cuando se come fuera. Hoy te explicamos 7 comportamientos habituales que haces en el restaurante y que dificultan el trabajo de los camareros.

Exigir una mesa en concreto

Cuando llamas para reservar una mesa a un restaurante, el establecimiento se organiza para distribuir a los comensales de la manera más razonable posible. No es el mismo un grupo de cuatro que una mesa de diez, y el espacio en el comedor es el que es. Si cuando llegas a mesa, el sitio que te han asignado no te gusta, lo único que puedes hacer es resignarte y pedir con antelación la mesa que más te guste a la hora de reservar.

via veneto monje
Hay restaurantes en los que el servicio es sagrado y muy profesional, como en Via Veneto. / Foto: Cedida

Dudar demasiado

A la hora de pedir, siempre puedes tener dudas, pero si avisas al camarero para que te venga a tomar nota varias veces y tú a último momento decides que realmente necesitas pensarlo más, estás haciendo que el camarero pierda el tiempo. Revisa qué pedirás, tenlo claro y después pide. Evidentemente puedes dudar y consultar todo lo que quieras, pero hazlo siempre con un poco de sentido común.

Si las cosas se hacen educadamente, siempre puedes consultar y preguntar todo lo que necesites

Pedidos complicados

"Le puedes sacar este ingrediente en la ensalada, y traer el segundo antes del primero porque los entrantes sin..." a ver, no. La oferta del restaurante es la que es, y si alguna cosa no te gusta, pides otra. Sí, claro que puedes consultar alguna modificación puntual, como quitar o añadir un ingrediente a una hamburguesa o pedir un plato para compartir. Pero inventarte una receta a media comida es una cosa que a los camareros les saca de quicio.

Consultas reiteradas

Los camareros no son tus mayordomos personales. Están en el restaurante para servirte, literalmente, todo lo que pidas; pero no son asistentes personales que te tienen que llevar la sal, y ahora el aceite, y ahora la carta, y ahora que cuánto rato le queda al segundo... en el restaurante no comes solo, ten un poco de paciencia.

Llamar la atención

Cuando necesites alguna cosa de un camarero y pase cerca de tu mesa o establezcas contacto visual, es momento de levantar el brazo y solicitar que venga. Pero si el camarero pasa cargado de platos o está atendiendo a alguien más, no puedes gritarle y exigirle que esté por ti. Eso de llamar a los camareros como si fueran perros es una cosa que tendrías que dejar de hacer.

Hacer ruido

Difícilmente estarás solo en un servicio de restaurante. Siempre tendrás gente con quien compartirás la sala. Por lo tanto, respeta el espacio y el rato del resto, que no tienen por qué oír como chillas, ríes y charlas a doscientos decibelios; ni el resto de comensales, ni los camareros que trabajan.

Fraccionar la cuenta

Este es un tema polémico. Hay sitios que no fraccionan la cuenta, y tanto si te parece bien como mal, lo más importante es que te avisen antes de comer si realmente es una cosa que necesitarás a la hora de pagar. El problema surge cuando, a pesar de haber avisado, pides la cuenta por separado y el camarero se queda boquiabierto.

Es importante tener en cuenta que todos estos comportamientos suelen implicar una falta de sentido común, y a veces de respeto, que son intolerables. Si las cosas se hacen educadamente, siempre puedes consultar y preguntar todo lo que necesites mientras respetes el trabajo y los tempos de quien te está atendiendo.