Tal día como hoy del año 1894, hace 124 años, moría en Guilly (Valle del Loira, Francia) el diplomático e ingeniero Ferdinand de Lesseps, que pasaría a la historia como el promotor de la construcción del canal de Suez (1869), que uniría el mar Mediterráneo y el mar Rojo. La apertura del canal de Suez pondría en funcionamiento una nueva vía de navegación entre Europa y el Extremo Oriente, sin necesidad de circunnavegar el continente africano, que ahorraría miles de kilómetros.

Pero antes Lesseps había sido cónsul general de la República Francesa en el Principat de Catalunya, con sede en Barcelona (1842-1848). Y fue durante el ejercicio de su cargo que se produjo el bombardeo de Espartero. El 13 de noviembre de 1842, la ciudad de Barcelona se había sublevado contra las políticas fiscales del gobierno español, que el regente Espartero había firmado, presionado por el gobierno de Londres, en pago de la ayuda británica a los isabelinos en la Primera Guerra Carlista (1833-1840).

Aquellas políticas atacaban directamente el sistema de producción y comercialización de la industria catalana, y amenazaban no tan solo la viabilidad de las fábricas, sino también la de miles de puestos de trabajo. El 3 de diciembre de 1842, Espartero se presentó en Montjuïc y ordenó el bombardeo indiscriminado de la ciudad. Entre la madrugada y el mediodía, el ejército español lanzó más de 1.000 proyectiles sobre la ciudad, que causaron entre 20 y 30 muertos y el derrumbe parcial o total de casi 500 edificios.

Muere Lesseps, el cónsul francés que hizo detener el Bombardeo d'Espartero. Grabado del bombardeo. Fuente Ayuntamiento de Barcelona

Grabado del bombardeo de Barcelona de 1842 / Ayuntamiento de Barcelona

Fue entonces cuando Lesseps, poniendo en riesgo su propia vida, se desplazó hasta el castillo de Montjuïc y disuadió a Espartero de seguir bombardeando la ciudad. Lesseps ya era entonces un prestigioso diplomático, y el regente español cedió a las presiones temiendo una reacción en cadena de todos los gobiernos europeos de la época. No obstante, al cabo de pocas horas, el ejército español ocupó la ciudad (los rebeldes lo habían echado al estallar la crisis) y practicó centenares de detenciones.

En el transcurso de los días posteriores, la figura de Lesseps volvería a adquirir relieve. Se entrevistó varias veces con Espartero y, según algunas fuentes, fue en estas entrevistas cuando el regente de España pronunció la frase "Por el bien de España, hay que bombardear Barcelona una vez cada cincuenta años". Lesseps consiguió la excarcelación de un número importante de detenidos y convenció a Espartero de reducir la monstruosa sanción económica que había previsto aplicar en Barcelona.

Imagen principal: Ferdinand de Lesseps / Biblioteca Nacional de Francia