El Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) ha reiterado este lunes ante el Juzgado de Huesca su “incapacidad técnica” para trasladar las pinturas murales del monasterio de Santa Maria de Sixena, en cumplimiento de la sentencia del Tribunal Supremo. En el nuevo escrito, presentado dentro del plazo de diez días concedido por la magistrada, el museo alerta de que el movimiento de estas obras románicas supondría “un riesgo de daños irreparables” y propone un plan alternativo para ejecutar la resolución judicial.
El informe actualiza la posición de la institución e incluye a una batería de nuevos estudios que desaconsejan el traslado. Destacan el informe de la Dra. Simona Sajeva, directora del estudio de Ingeniería aplicada a la conservación Interfaces y experta mundial del ámbito, y otro elaborado por el ICCROM, organismo internacional dedicado a la conservación y restauración del patrimonio cultural. Este último documento “recomienda encarecidamente hacer una evaluación exhaustiva de los riesgos sobre la base de los valores existentes antes de emprender cualquier acción relacionada con la reubicación”.
Asimismo, dos de las expertas que participan en la comisión creada por las administraciones, por parte de la Generalitat y del ayuntamiento, han recalcado “el deficiente estado de conservación de las pinturas” que se mantienen “relativamente estables gracias a un entorno ambiental monitorizado, con parámetros prácticamente invariables, y de la atención permanente de profesionales especializados”.
Según el comunicado del MNAC, el museo mantiene la voluntad de cumplir la sentencia, pero insiste en que “las actuaciones necesarias para la ejecución voluntaria (o forzosa) de la sentencia” podrían estropear de manera irreversible unas obras ya extremadamente frágiles.
Un calendario alternativo y nuevas advertencias técnicas
El nuevo escrito responde a la petición de la juez, que invitó al museo a presentar su propio calendario de entrega después de recibir la propuesta del Gobierno de Aragón. El escrito cuestiona el calendario propuesto por Aragón tanto en los procedimientos como en los requerimientos para actuar y tomar decisiones. Además, aseguran que la empresa que actúa en representación del gobierno aragonés no tiene experiencia ni la solvencia necesaria para una operación de esa envergadura. La magistrada había fijado un plazo de siete meses para el traslado, aunque reconoció la complejidad logística y las dificultades para encontrar una empresa aseguradora y técnica que asuma la operación.
Con este nuevo movimiento legal, el MNAC gasta el último cartucho legal para evitar que las pinturas se marchen de Barcelona. Así como ganar tiempo para evaluar de forma rigurosa los riesgos y evitar una operación que, según los informes aportados, contradice las recomendaciones de los máximos organismos internacionales de protección del patrimonio.