El exconseller de Interior Miquel Buch, que a finales de 2024 se dio de baja de Junts per Catalunya, ha afirmado que el partido "cada vez tiene menos fuerza" y que ni sus propuestas ni sus liderazgos "responden a las necesidades de la sociedad catalana actual". Buch, que había sido alcalde de Premià de Mar (2007-2018) y presidente de la Associació Catalana de Municipis (2011-2018), rompió con la formación a raíz del progresivo distanciamiento con Carles Puigdemont y Jordi Turull.

En una entrevista en Catalunya Ràdio, ha explicado que el actual Junts "no es el espacio político" donde se sentía identificado, y ha remarcado que su marcha "no tiene que ver con cuestiones personales sino con motivos políticos". "Los datos electorales muestran que la sociedad no acompaña la manera de hacer política del partido. Junts cada vez pierde apoyo y no ofrece propuestas ni liderazgos alineados con la realidad del país. Es un vehículo que circula por una carretera diferente a la que sigue Catalunya", ha subrayado.

La presidencia de Quim Torra

También se ha referido a Quim Torra, con quien fue conseller de Interior entre 2018 y 2020: "Creo que fue nombrado presidente sin saber qué implicaba el cargo y tampoco quiso aprenderlo", ha dicho, añadiendo que Puigdemont se equivocó al proponerlo. "Torra no fue un buen presidente", ha concluido. A pesar de su salida del partido, Buch ha remarcado que todavía se considera amigo de Puigdemont, "por encima de todo", a pesar de discrepar de sus decisiones políticas. Buch ha señalado que, cuando dirigía la Conselleria de Interior, el expresidente Torra le llegó a plantear renunciar a las competencias de los Mossos d'Esquadra "si tantos problemas comportaba", a raíz de las protestas por la sentencia del 1-O.

Precisamente el jueves de la semana pasada, el diputado y exconseller Jaume Giró comunicó que renunciaba al escaño del Parlament y que abandonaba también la ejecutiva nacional de Junts per Catalunya por las discrepancias con las "actuales orientaciones" del partido. Giró lo trasladó directamente a Carles Puigdemont y a Jordi Turull, que expresaron su pesar por la decisión. En una nota, el exconseller remarcó que se trataba de "una decisión difícil, pero al mismo tiempo serena y meditada", nacida de "un sentimiento personal imposible de ignorar". "Nunca he estado en política para llenar una silla y tengo la suerte de poder mantenerme fiel a mis principios", añadió.

En su comunicado, Giró explicó que daba un paso al lado porque "ahora mismo no puedo ofrecer al partido lo que espera de mí, y además sus líneas actuales no coinciden con mi manera de entender la política que creo que necesita Catalunya".