Tres son las noticias que ha proporcionado Oriol Junqueras esta semana: en primer lugar, que la condonación del FLA que finalmente va a aprobar el gobierno español no tiene nada que ver con la aprobación de los presupuestos del Estado y que, en consecuencia, Pedro Sánchez ya puede empezar a correr con la financiación autonómica si quiere disponer de los siete votos de Esquerra Republicana para unas posibles cuentas públicas españolas. En segundo lugar, la desautorización a Gabriel Rufián respecto a su propuesta para una candidatura de izquierdas en España en la que participara de una u otra manera Esquerra. Y, en tercer lugar, el coscorrón a la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, por su posición en la financiación singular para Catalunya y que la andaluza bloquea sin que nadie, aparentemente, la ponga firmes.
Todas ellas tienen un hilo conductor para Junqueras, recuperar una posición política que Esquerra perdió en Catalunya después de las últimas elecciones catalanas, en las que pasó a ser tercera fuerza política y obtuvo solo 20 diputados. Eso después de haber dispuesto Pere Aragonès del gobierno catalán en solitario, algo que lejos de aprovechar los republicanos solo les sirvió para hundirse electoralmente, en parte, por un importante déficit de gestión. El retornado presidente de Esquerra da, con este inminente inicio de curso, por acabada esta etapa —también de una gran convulsión interna— y está pilotando personalmente tanto las negociaciones con Pedro Sánchez como con Salvador Illa.
Respecto a los presupuestos en España y en Catalunya, la posición de Junqueras es que están a años luz de poder plantearse avalarlos. La financiación singular es el escollo y, más allá de otras cuestiones no menores, el gran obstáculo sigue siendo el de la ordinalidad, un principio que se predica en la relación entre comunidades autónomas en virtud del cual una autonomía —en este caso Catalunya— no debe perder puestos en el nivel de renta per cápita como consecuencia de la aplicación de los mecanismos de nivelación entre comunidades. Eso es trascendente para no pasar de una de las primeras posiciones a una de las últimas, como ha pasado en los últimos años.
Después de la bilateral entre gobiernos celebrada en Barcelona, si algo le ha quedado claro a Junqueras es que del dicho al hecho hay un gran trecho
En esta misma línea, exige que la Agencia Tributaria de Catalunya no esté subordinada a la Agencia Estatal de Administración Tributaria. Para conocer el nivel real de compromiso del PSOE y de Pedro Sánchez, antes de las vacaciones de verano presentó una iniciativa legislativa para reformar la ley orgánica de financiación de las comunidades autónomas (LOFCA) y la ley de cesión de tributos. Junqueras busca con ello amarrar al PSOE y a la Moncloa, consciente de que, dada la fragilidad de Sánchez, necesita contar con el respaldo republicano en el Congreso de los Diputados. Después de la bilateral entre gobiernos celebrada en Barcelona, si algo le ha quedado claro a Junqueras es que del dicho al hecho hay un gran trecho.
Respecto a la propuesta de una candidatura de izquierdas en unas elecciones patrocinada por Rufián, Junqueras la ha enterrado definitivamente. Ni le satisface, ni cree que sea el mejor momento para ello. El presidente de Esquerra ha utilizado guante de seda para no desaprobar directamente a su hombre en Madrid, pero no ha dejado margen para la especulación. Ni la ve posible, ni participará Esquerra en ella. La agenda de Junqueras pasa por reflotar Esquerra, no por dedicar tiempo y energías a otras cuestiones.