Ser centrocampista en el Barça no es un trabajo nada sencillo ni de éxito grantizado y un buen ejemplo de ello es Marc Casadó. un futbolista que hace apenas unos meses era el símbolo de la fiabilidad y la contundencia en el centro del campo del Barça, y que hoy se encuentra atrapado en una dinámica que lo ha llevado al borde del adiós en el club de su vida. Lo que ocurrió el pasado sábado ante el Alavés no fue un accidente aislado, sino la confirmación de que algo se ha roto en su rendimiento y que Hansi Flick ya no puede sostener más.

De este modo, el partido en en Camp Nou dejó a Casadó completamente expuesto. Comenzó mal y terminó peor. Salió en la foto del primer gol de los vitorianos, cometió errores en la salida de balón, regaló posesiones clave y transmitió una inseguridad impropia de un jugador que pretende consolidarse en el primer equipo del Barcelona. Ese futbolista sólido, firme y valiente que vimos la temporada pasada ha desaparecido sin dejar rastro. En su lugar, se ha instalado un perfil temeroso, sin convicción y con dudas en cada intervención.

Flick ya no confía en Casadó

En el cuerpo técnico del Barça hay consenso y ese es que Casadó ya no ofrece el nivel mínimo exigible para competir al máximo nivel. Flick, que siempre se ha caracterizado por dar oportunidades a todos y evaluar el rendimiento sin prejuicios, le dio minutos, confianza y espacio para demostrar que puede ser un jugador útil. Pero la respuesta del jugador, esta temporada, ha sido insuficiente. No solo no ha dado un paso al frente, sino que ha retrocedido. Hoy parece un jugador desconectado emocionalmente, superado por la presión y totalmente incapaz de sostener el ritmo y la exigencia del equipo.

EuropaPress 7045165 marc casado of fc barcelona in action during the uefa champions league

La realidad es que el Barça no puede permitirse debilidades, y menos en posiciones tan sensibles. Especialmente en un curso donde el margen de error es inexistente. Casadó, mientras tanto, se hunde en la irregularidad. Los fallos se repiten, la sensación de inseguridad crece y su aportación es prácticamente nula. Flick, pragmático y directo, ya ha transmitido al jugador que lo mejor para su futuro inmediato es buscar una salida. No hay castigo ni mala fe, solo una conclusión basada en el rendimiento: ahora mismo, no está para jugar en el Barça.

Casadó, ante una decisión inevitable

Así pues, la situación empuja al centrocampista a un cambio de aires. Le dieron la oportunidad y la ha desaprovechado. Su actuación ante el Alavés ha sido la gota que colma el vaso. El club abrirá la puerta y él tendrá que elegir un destino donde pueda reconstruirse. Porque quedarse ya no es una opción. El Barça necesita más, y Casadó, hoy, no lo puede dar.