Quique Setién no renuncia al cargo de entrenador del Barça pero es consciente de que podría tener las horas contadas en el banquillo culé. En la rueda de prensa posterior a la derrota contra el Osasuna y a la consecución del título del Real Madrid, el técnico cántabro ha dejado clara su postura. "Soy el máximo responsable, pero estoy capacitado (para seguir en el club) y tengo la misma energía que el primer día. Estoy convencido de que seremos un equipo diferente y con una actitud máxima. Afrontaremos la Champions con las máximas garantías. Hasta aquí puedo controlar", ha dicho.

A la pregunta sobre si sería el entrenador del Barça en el partido de vuelta de octavos contra el Nápoles, sin embargo, Setién ha reconocido que no lo sabe. "Tenemos que hacer autocrítica. Si no mejoramos, nos costará mucho cualquier cosa, no sólo la Champions. Hemos intentado mejorar. Hay cosas que nos han costado, pero también hay otros que hemos hecho bien. Al final, todo se reduce al acierto", ha afirmado.

La Liga se ha escapado y Setién, aunque ha hecho cierta autocrítica, se ha limitado a destacar el gran nivel mostrado por el Madrid. "La sensación es triste, de frustración. La derrota es absolutamente injusta. Haber perdido la Liga quizás no, hemos perdido puntos que tendríamos que haber ganado para seguir el ritmo del rival. No me esperaba que ganara todos los partidos", ha dicho.

"Hemos tirado diez córners, si marcamos en uno de ellos, quizás no perdemos. Es verdad que tenemos que hacer autocrítica, tenemos que mejorar cosas, pero también hemos hecho cosas bien. No lo tiraría todo por la borda. Hemos perdido la Liga, pero ahora tenemos unos días de descanso y seguro que el equipo vendrá limpio para afrontar un torneo nuevo con optimismo", ha sentenciado.