El FC Barcelona vivió un duelo de máxima exigencia en Stamford Bridge, un escenario histórico donde los azulgrana han dejado grandes recuerdos y también momentos para olvidar. Este martes, el equipo de Hansi Flick sufrió una derrota por 3-0 frente al Chelsea, un resultado que deja al Barça en el puesto 15 de la clasificación y con la obligación de ganar los tres partidos restantes si quieren acabar entre los ocho primeros.

Hubo muchos señalados. Desde Joan García hasta Hansi Flick. Algunos más que otros. Araújo, Koundé, Frenkie de Jong, Lamine Yamal… Todos estuvieron lejos de su mejor versión. Alejando Balde, por salvar a alguien, fue el único que dio la cara mínimamente. Y no solo los titulares quedaron retratados. A excepción de Raphinha, el único que mostró orgullo, los que entraron desde el banquillo tampoco aportaron nada. Especialmente Marcus Rashford. Su actitud al saltar al césped no fue la que se le esperaba en un escenario como Stamford Bridge que conoce bien de su paso por el Manchester United.

Marcus Rashford

Marcus Rashford es un problema cuando al Barça le toca defender

El británico volvió a mostrar los defectos habituales que viene repitiendo este curso. Errores que se basan en la misma premisa: poco compromiso defensivo. Rashford siempre se borra cuando toca correr hacia atrás. Es como defender con uno menos. O con dos menos, en el caso de este martes.

Unas faltas de disciplina reiteradas inaceptables en un equipo que, a priori, aspiraba a ganar la Champions League, y que tienen muy mosqueado a Hansi Flick, al resto del staff y a buena parte del equipo. El míster esperaba que el británico asumiera un papel activo en un partido de máxima exigencia. La sensación es que Rashford no está integrado plenamente en la dinámica del equipo y su actitud afecta al rendimiento colectivo.

Marcus Rashford Barca

Rashford tiene cada vez menos opciones de seguir en el Barça

No es la primera vez que se le observa comportamientos similares. El delantero ha mostrado desinterés defensivo en varias jornadas, un patrón que aumenta la presión y la solidez táctica del Barça. La paciencia de Flick empieza a agotarse y las críticas internas se han intensificado.

El impacto de estos deslices va más allá del terreno de juego. Según fuentes cercanas al club, Rashford ha generado tensión en el vestuario, con jugadores que sienten que el esfuerzo de algunos no se corresponde con la actitud del británico. Aunque sigue contando con minutos y oportunidades, su imagen dentro del Barça se está viendo seriamente dañada.

El caso de Rashford también preocupa por lo que puede significar de cara al futuro del equipo. Un jugador que no se compromete en defensa y que mantiene una indisciplina reiterada puede dificultar la cohesión de grupo, algo vital en competiciones europeas. El cuerpo técnico estudia cómo gestionar la situación, pero la sensación general es que la paciencia está al límite.