Pep Guardiola necesita nuevos retos. Es un entrenador que lo ha ganado todo y tiene que buscar alicientes para seguir innovando con una idea de fútbol innegociable. Después de cuatro años en el Barça y tres en el Bayern de Munich, está preparado para el mayor desafío de su carrera: el Manchester City.
Rico sin identidad
El City necesitaba a Guardiola. Desde que el año 2008 el jeque árabe Sulaiman Al-Fahim comprara el club, el equipo se ha caracterizado por tener todo el dinero del mundo. A pesar del presupuesto, no han conseguido crear una estructura fuerte para no depender de los fichajes. Sin líder ni estilo definido, los 'citizens' han conseguido dos ligas pero han fracasado en Europa. La incorporación de Guardiola y la nueva Ciudad Deportiva son dos señales que indican hacia dónde quiere caminar.
Con Guardiola compran fútbol. Un concepto por el que han estado luchando desde el primer día y que les ha costado mucho conseguir. El fichaje de Manuel Pellegrini significaba el primer paso pero el chileno se quedó a medio camino. Con Txiki Begiristain en la dirección deportiva y Ferran Soriano como dirección ejecutivo, parecía inevitable que cuando Pep quisiera dejar Munich acabaría en Manchester.
Equipo a medida
Limpieza y renovación. Desde el primer día que Guardiola ejerció como entrenador del City ya se pudo ver la ilusión de unos aficionados que sueñan con ver el fútbol del Camp Nou en el Etihad Stadium. "No puedo convencer a mis jugadores de una cosa que no creo. Entre eso y su calidad, intentaremos encontrar un punto medio para hacer el juego que queremos". Estas palabras durante su presentación eran una declaración de intenciones.
El club le puso todas las facilidades del mundo para que pudiera hacerse un equipo a medida. Con sus colaboradores de confianza, Guardiola empezó a trazar las primeras líneas del nuevo City durante el mercado de fichajes. Necesitaba futbolistas que se adaptaran a la idea de una posesión total. Una mezcla entre jugadores contrastados y jóvenes talentos con mucho margen de progresión.
Jugador | Club | Edad | Precio |
---|---|---|---|
Claudio Bravo | FC Barcelona | 33 | 18 M€ |
John Stones | Everton | 22 | 55,6 M€ |
Ilkay Gündogan | Borussia Dortmund | 25 | 27 M€ |
Nolito | Celta de Vigo | 30 | 18 M€ |
Leroy Sané | Schalke 04 | 20 | 50 M€ |
Casi 170 millones de euros destinados a reforzar posiciones estratégicas. Claudio Bravo, John Stones y Ilkay Gündogan son los tres futbolistas clave. El City tiene que pasar de fogonazos brillantes a sostener el nivel durante los 90 minutos. El gran objetivo de Guardiola es ganar en fiabilidad y dotar el equipo del sello vistoso de su fútbol.
La propuesta es innovadora para una Premier League hermética hasta hace muy poco. Sólo el Arsenal era capaz de ofrecer una alternativa al fútbol directo, rasgo distintivo de los creadores del fútbol. La internacionalización de la Liga y la llegada de capital extranjero han refinado el gusto|sabor de los clubes. Las estrellas de esta edición de la Premier son los entrenadores por la diversidad de propuestas, la mayoría de ellas atractivas para el espectador. Pero la de Guardiola es diferente, única e incidente.
La mano de Pep
En estos primeros dos meses de competición ya se ha podido comprobar la metamorfosis del equipo. No se rifa ninguna pelota y se intenta llevar siempre la iniciativa, independientemente de la entidad del rival. Los resultados han ayudado a dimensionar el efecto a Guardiola en Manchester. 10 victorias consecutivas en los primeros 10 partidos son la mejor carta de presentación para poner en marcha un proyecto que aspira a todo.
El City, sin embargo, llegará a Barcelona después de encadenar tres partidos sin ganar. Aunque el juego es el mismo, los goles no llegan con tanta facilidad. El partido contra el Barça es la segunda gran prueba de Guardiola en el banquillo inglés, después de pasar con nota su primer derbi de Manchester contra José Mourinho. Messi le espera el miércoles en el Camp Nou, pero un mal resultado no le hará cambiar de idea. Una idea que sí cambiará el fútbol inglés.