La renovación de Erling Haaland con el Manchester City hasta junio de 2034, firmada en enero pasado, parecía blindar el futuro del delantero en el Etihad. Sin embargo, la realidad es muy distinta: el noruego ha puesto una condición clara para continuar más allá del próximo verano. Si el equipo de Pep Guardiola no logra títulos importantes en esta temporada, el ariete forzará su salida en el mercado de 2026.
El inicio de curso refuerza los temores del entorno de Haaland. Con un City irregular y con apenas destellos de su mejor versión, las sensaciones apuntan a una repetición de lo ocurrido en la campaña anterior, que terminó sin grandes conquistas. El noruego, pese a su arranque prometedor con 3 goles en los tres primeros partidos de Premier, no está dispuesto a repetir un año en blanco.
La exigencia de un proyecto ganador
Haaland llegó a Inglaterra para competir en la élite y añadir trofeos a su palmarés, y no para asumir temporadas de transición. Con apenas 25 años, el delantero sabe que su prime deportivo coincide con los próximos cursos, de ahí su urgencia por estar en un entorno competitivo de máxima exigencia.
El mensaje es claro: la continuidad en Manchester depende directamente de los títulos. La Premier y la Champions son los objetivos innegociables para mantener al noruego satisfecho. Cualquier tropiezo en esas metas abriría de inmediato un escenario de negociación con otros gigantes europeos, conscientes de que Haaland sigue siendo el delantero más codiciado del continente.
Un pulso que condiciona al City
La presión no recae únicamente en el cuerpo técnico de Guardiola, sino en todo el club. Retener a Haaland supone mantener la pieza que sostiene el proyecto deportivo y comercial del City. Su salida significaría no solo una pérdida futbolística, sino también un golpe a la imagen de un equipo que ha invertido en consolidarse como referencia mundial.
Por ahora, la situación no pasa de un aviso, pero es evidente que la tensión irá en aumento si los resultados no acompañan. El City tiene ante sí una temporada decisiva: o recupera su carácter dominante en Inglaterra y Europa, o verá cómo uno de sus grandes símbolos empieza a mirar más allá del Etihad.
El futuro inmediato del noruego dependerá de un factor único: el éxito deportivo del Manchester City esta temporada será la clave para que Haaland no abra la puerta de salida en 2026.