Aquitania (antigua Novempopulania romana), siglo VI. Hace 1.500 años. La desintegración del estado romano había sumido en la anarquía a las antiguas provincias del imperio. Las oligarquías territoriales autóctonas de la antigua Galia (romanas) y forasteras (visigóticas y francas) se debaten en luchas intestinas por el dominio de la región. Las ciudades estaban inmersas en un escenario de crisis y abandono, y el medio rural era un tempestuoso paisaje de violencia y precariedad. En aquel contexto de caos, aparecen los vascos, procedentes del Pirineo occidental, que se entregarían a devastadoras campañas de saqueo. Solo transcurrido un siglo, lograría el duque Eudes (688-735) la pacificación del país. Pero el nuevo paisaje social resultante sería sustancialmente distinto al de la época romana.

Mapa contemporáneo de la Galia romana (siglos I en III). Fuente Cartas Historiques de la France
Mapa contemporáneo de la Galia romana (siglos I a III) / Fuente: Cartes Historiques de la France

¿Qué hacían los vascos en aquel territorio?

La presencia de los vascos en los Pirineos es antiquísima. Se remonta, como mínimo, al 5000 a.C. Con la llegada y el establecimiento de las naciones indoeuropeas (1200 a.C. – 200 a.C.) mantuvieron su territorio y su cultura, pero en un estado de conflicto permanente con los nuevos pobladores. Es una época oscura, que cambia radicalmente con la invasión y la dominación romanas (218 a.C. – 475 d.C.). Durante esa etapa, los vascos adquieren un papel protagonista. Tradicionalmente enfrentados con todos sus vecinos, se alían con Roma a cambio de importantes concesiones. La pax romana —la definitiva sumisión de las naciones autóctonas— (a partir del 27 a.C.) los convertiría en las nuevas clases dominantes de los territorios que la Loba Capitolina había sometido: las de sus antiguos vecinos (al sur, el valle alto del Ebro, y al norte, las planicies entre los ríos Adur y Garona).

La época de las devastadoras campañas vascas

A partir del 475, con la definitiva desintegración del imperio romano, las élites rurales de remoto origen vasco (que en aquel contexto de anarquía actuaban como gobernantes independientes), reclutaban a grupos de montañeses del Pirineo vasco con el objetivo de combatir a sus competidores (que podían ser, también, de origen vasco). Las fuentes documentales de la época son muy escasas, pero las pocas que han trascendido en el tiempo revelan que estos mercenarios se entregaban al pillaje y a la destrucción. Entre esas escasas fuentes, destaca un texto del obispo Gregorio de Tours (538-594), quien —impresionado por aquella ola|oleada destructiva— deja escrito que "los vascos se precipitaron desde las montañas a la llanura, cortando las viñas y destruyendo los campos, quemando las casas y llevándose prisioneros a muchos habitantes y a sus rebaños."

Mapa contemporáneo de los reinos de los francos y de los aquitanos (siglo VII). Fuente Cartas Historiques de la France
Mapa contemporáneo de los reinos de los francos y de los aquitanos (siglo VII) / Fuente: Cartes Historiques de la France

La época de la colonización vasca

Las mismas fuentes apuntan que, a inicios de la edad media (siglos V y VI), el Pirineo vasco no generaba suficientes recursos para sostener a una sociedad, en aquel momento, superpoblada. Este contexto de precariedad sería el que explicaría el fenómeno de los mercenarios pirenaicos vascos que protagonizaron las devastadoras campañas de destrucción en Aquitania. Y la consecuencia (un importante vacío poblacional en las zonas devastadas) sería lo que explicaría el impulso colonizador vasco. El obispo Venancio Fortunato de Poitiers (530-609) dejó escrito que "el conde Galactorio de Burdeos (por el nombre, no era de origen vasco) derrotó y expulsó a un grupo muy numeroso de emigrantes vascos mientras cruzaban los Pirineos". No obstante, aquel fenómeno no se detendría, y a inicios del siglo VIII, la composición sociológica de Aquitania habría variado notablemente.

Aquitania mestiza

La Aquitania carolingia (siglos VIII-X) era un rompecabezas étnico y cultural. A nivel de las élites dominantes, las diferencias eran inexistentes. Los latifundistas de remoto origen vasco se habían latinizado y se habían mestizado con las oligarquías importadas por la Loba Capitolina. Pero a nivel popular y mayoritario, los viejos habitantes del país (de la Novempopulania romana) —de etnia celta y lengua románica (que durante esa época evolucionaría hacia la lengua occitana) convivían, o más bien malvivían, con los vascos de la colonización posromana (originarios del Pirineo occidental) de etnia y lengua éuskara. Una larga historia de conflictos y dos culturas radicalmente diferenciadas (las fuentes apuntan a que podrían ser, incluso, religiosas, puesto que los vascos aún no habían sido evangelizados) crearon una barrera insalvable.

Mapa contemporáneo del reino de frança en torno al año 1000. Fuente Cartas Históricas de France
Mapa contemporáneo del reino de Francia en torno al año 1000 / Fuente: Cartes Històriques de la France

La aparición de la palabra "charnego"

No obstante, los contactos entre las dos comunidades fueron más frecuentes de lo que podamos imaginar. Sobre todo en las ciudades donde las dos comunidades coincidían. Un ejemplo sería Bayona, la capital histórica de Lapurdi (uno de los tres territorios de Euskadi-norte), que durante toda la edad media fue un espacio de mestizaje entre vascos, aquitanos e ingleses (los nuevos dominadores del territorio desde el siglo XIII). En Bayona, Auloron (condado de Bearn) o Lo Mont de Marçan (condado de Albret), los matrimonios entre vascos y aquitanos fueron frecuentes, y no parece que generaran ningún conflicto. Pero, en cambio, en "las bastidas" (villas de nueva fundación creadas siguiendo el trazado de los caminos importantes) este fenómeno generó cierto rechazo. Y es ahí donde aparece, por primera vez, la palabra "charnego": identifica a una persona nacida de un matrimonio mixto.

¿Cuál es el origen etimológico de "charnego"?

Nadie ha explicado la etimología de la palabra "charnego". Algunos afirman que procede del castellano "nocharniego", un perro galgo. Pero no han explicado el simbolismo de la expresión ni la transmisión lingüística. Como tampoco han explicado si es una palabra vasca u occitana. Pero, en cambio, sí que parece claro que ya tenía una carga peyorativa. No como la imaginamos modernamente, sino en el contexto cultural de identidad tribal propio de las sociedades antiguas y medievales. Pasados los siglos, entraría en Catalunya con la inmigración occitana, en buena parte procedente de Aquitania (1550-1640), y se utilizaría, paradójicamente, para referirse a los hijos de parejas catalano-occitanas. Aquella migración duplicaría la población del Principat. Por lo tanto, podemos considerar que una gran masa de catalanes con raíces en la Catalunya del siglo XVI son, en gran medida, descendientes de los primeros "charnegos" catalanes.

Grabado de Burdeos (siglo XVI). Font Pinterest
Grabado de Burdeos (siglo XVI) / Fuente: Pinterest