50 años después hemos vuelto a ver salir el sol en el Canet Rock. Y es que este año se celebraba el medio siglo de aquella primerísima edición de un festival que prometía 12 horas de música y desenfreno.

Todo un hito todavía en tiempos del franquismo que, una década atrás, inició una segunda etapa que no solo sigue viva, sino que esta madrugada de sábado a domingo ha vivido una de sus mejores ediciones. Aniversario que el Canet Rock ha conmemorado homenajeando a los pioneros de aquella noche que fue símbolo de resistencia contra el régimen y un grito por la libertad, con las notas de la Elèctrica Dharma, que ya actuaron en aquel primer Canet Rock.

Otro de los momentos más emotivos de la velada ha sido cuando, por sorpresa, el escenario fue ocupado por los artistas que participaban en esta edición, sosteniendo una gran pancarta con el lema “CANET ROCK PER LA PAU” y, con la directora del festival, Gemma Recoder, tomando la palabra, se leyó un manifiesto para condenar todas las formas de violencia y exigir el fin de la actividad bélica en el mundo, la injusticia y los genocidios.

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El público del Canet Rock ha vuelto a vibrar con 12 horas de música y locura / Jordi Borrás / ACN

Cantando La farola a la freSka

La jornada, sin embargo, empezó antes, mucho antes, cuando el sol todavía apretaba fuerte. Fueron 12 horas de música sin interrupción (aunque este año, con algunos retrasos, en realidad fueron 13 o 14) y un público intergeneracional en el que convivían veteranos del festival con muchos asistentes que vivían su primer Canet Rock. Muy probablemente, este sea uno de los secretos de su éxito. Una mezcla intergeneracional que también se reflejaba en el cartel de este año, reuniendo a debutantes como Mama Dousha y, por extraño que parezca, una Mushka que aún no había pisado el Pla d’en Sala, compartiendo espacio con referentes de nuestro ecosistema sonoro.

Especialmente destacables han sido las actuaciones de clásicos infalibles como Els Catarres; La Fúmiga, que se consolida como una de las propuestas fundamentales actualmente en la escena en lengua catalana, y unos 31 Fam que sobresalen como el nombre más sugerente y atractivo del panorama urbano catalán

Especialmente destacables han sido las actuaciones de clásicos infalibles como Els Catarres (en esta categoría de veteranos o semi-veteranos, también merecen mención unos Doctor Prats que siempre garantizan juerga y fiesta); La Fúmiga, que se consolida como una de las propuestas fundamentales actualmente en la escena en lengua catalana, y unos 31 Fam que sobresalen como el nombre más sugerente y atractivo del panorama urbano catalán. Una escena que también ha estado representada en esta edición del Canet Rock por Julieta y The Tyets. Pero esta noche, los líderes de la Banda del Pati han sido los de Sabadell. Como nos dijeron la última vez que los entrevistamos con motivo de la publicación de su nuevo álbum, R31, ellos hacen los discos que les da la gana, y cuando les toca defenderlos sobre el escenario, lo hacen sobrados. Bien pasadas las seis, el sol empezaba a salir con Figa Flawas sobre el escenario.

Los de Valls, en estos momentos, juegan en otra liga en cuanto a popularidad. Y por mucho cansancio y agotamiento que acumules en las piernas después de haberlo dado todo a lo largo de la noche, es imposible resistirse a un repertorio en el que todo son temazos

Los de Valls, en estos momentos, juegan en otra liga en cuanto a popularidad. Y por mucho cansancio y agotamiento que acumules en las piernas después de haberlo dado todo a lo largo de la noche, es imposible resistirse a un repertorio en el que todo son temazos. El último, su nueva canción del verano al ritmo sincopado jamaicano: A la freSka. Y sí, entre actuación y actuación, los siempre imprescindibles Josep Maria Mainat y Miquel del Roig, porque el Canet Rock no sería Canet Rock sin bailar La farola. Medio siglo después, la gran fiesta de la música catalana vive una de sus mejores ediciones