Hay muchas series que se han convertido en clásicos modernos y que han sido el referente de otras producciones televisivas. Pero, ¿resisten bien el paso del tiempo? ¿Son de aquellas que te gustan menos cuando las vuelves a ver? Os proponemos cinco ejemplos de series que se han hecho icónicas en sus respectivos géneros y que incluso mejoran cuando las recuperas porque se han vuelto todavía más arriesgadas, originales o políticamente incorrectas.

Una mirada adictiva y subversiva a la caída de la República romana
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Roma (HBO Max)
Justo cuando se cumplen veinte años de su estreno, esta superproducción de HBO se mantiene como una mirada adictiva y subversiva a la caída de la República romana. Sigue funcionando como recreación histórica (con algunas notables licencias dramáticas, por supuesto), como descripción de personajes (con los grandes Ray Stevenson y Polly Walker al frente) y como actualización de un género casi extinguido. Duró solo dos temporadas, pero no tiene ningún episodio flojo.

Un prodigio de emoción, imaginación y amor al fantástico
2. Fringe (HBO Max)
Uno de los primeros casos modernos de serie “salvada” en el último momento por una temporada final, la quinta, que es justamente la peor. Pero qué viaje nos regaló. Las aventuras de los Bishop y de la agente Olivia Dunham (te queremos, Anna Torv) por dimensiones paralelas son un prodigio de emoción, imaginación y amor por lo fantástico. Es tan buena que puedes verla como un procedimental (es decir, con episodios autoconclusivos) y funciona con la misma intensidad.
Una rotunda obra maestra estrenada 35 (!) años atrás sobre un médico que va a un pequeño pueblo de Alaska
3. Doctor en Alaska (Filmin)
A menudo, cuando llega algún título icónico a una plataforma y lo recuperamos, descubrimos que los años le han caído como una losa. No es el caso de esta rotunda obra maestra estrenada hace 35 (!) años sobre un médico que va a un pequeño pueblo de Alaska a regañadientes y acaba enamorado, como nosotros, de la profunda excentricidad de sus habitantes. Nadie la ha podido superar porque es inimitable, y ese es el verdadero secreto de su éxito. Ah, y tiene la mejor sintonía de la tele de los 90.
Era y es muy valiente, se atrevió a tratar temas que eran y son poco visibles en televisión
4. Orange is the new black (Netflix)
Fue una de las primeras series de Netflix y no todas sus temporadas (tiene siete) están al mismo nivel. Pero cuando la vuelves a ver descubres que era y es muy valiente, que se atrevió a hablar de temas que eran y siguen siendo poco visibles en la televisión y que reúne a un elenco de actrices realmente extraordinario. Sabe conjugar drama, comedia y thriller con una inteligencia poco habitual, además de romper unos cuantos clichés de las historias de prisiones.
Ácida, sobrecogedora, desarmante y divertidísima crónica de una crisis vital
5. Fleabag (Amazon)
Hay series que desearías que fueran eternas, pero como duraron demasiado poco acabas valorando cada minuto. Es exactamente lo que pasa cuando vuelves a ver esta ácida, conmovedora, desarmante y divertidísima crónica de una crisis vital que te pone un espejo cada 30 segundos y que nos hizo adorar a Phoebe Waller-Bridge, creadora y protagonista, hasta el infinito. Nunca doce episodios (divididos en dos temporadas) habían dado para tanto.