No destapamos nada nuevo si decimos que la restauración ha estado gravemente afectada por el covid-19. Tampoco que el comercio de alimentación ha tenido que hacer un grande sobre esfuerzo para encontrar nuevas maneras de vender y adaptarse al consumidor. El inesperado cierre a mediados de marzo de 2020, las restricciones y las franjas horarias que se han ido adoptando paulatinamente han obligado a todo el conjunto del mercado alimentario a buscar alternativas para hacer frente a unos problemas que ya existían antes pero que la pandemia ha hecho más que evidentes. Y a grandes males, grandes remedios.

En el caso de bares y restaurantes, las medidas restrictivas han ahogado a un sector que vive de todo aquello que se nos ha prohibido a la ciudadanía durante el último año y medio: sin ocio, ni afterwork, ni alegría, ni desconexión, todo se ha resumido a sobrevivir a unos meses muy convulsos donde la salud ha estado en primera línea - y como tenía que ser. Pero ahora que todo se está flexibilizando se plantea la gran pregunta, aquella que muchos llevan tiempo haciéndose pero que se han reservado por miedo a ser tachados de mirar más por el bolsillo que por la humanidad: ¿y ahora, qué hacemos para la supervivencia económica de un gremio gravemente golpeado?

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Mejoras en las entregas a domicilio

Una de las prácticas que ha dado un poco de aire al mundo de la restauración ha sido que bares y restaurantes puedan maximizar su servicio de delivery. Aunque es una práctica que no nos viene de nuevo, las cifras hablan por sí solas: las entregas a domicilio han crecido en un 60% durante el confinamiento.

Sin duda, potenciar este recurso es uno de los retos del gremio para asegurar tanto el mantenimiento como el aumento de las ventas y es que, pandemia aparte, poder comer o cenar sin levantarnos del sofá es una comodidad a la que muchos no quieren renunciar. Invertir en este sentido es ir sobre seguro y cada vez son más las entidades que proporcionan asesoramiento hacia esta dirección. Es el caso de Banco Sabadell, que garantiza una serie de servicios para que tiendas de comestibles, bares y restaurantes puedan equiparse para dar respuesta a las nuevas necesidades. ¿Por ejemplo? Potenciar el leasing delivery o el autorenting delivery como nuevas formas de venta, acercando la posibilidad de adquirir vehículos enfocados a realizar este tipo de servicios.

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La entidad también garantiza mejoras en la gestión del día a día, aquellas enfocadas a mantener periódicamente la buena salud de cada comercio, sobre todo en cuestiones de cobros. Hablamos de mejorar la competitividad del dispositivo TPV (Terminal de Punto de Venta) poniendo en valor la mejora de la comunicación, la revisión y la entrega, así como de tener una póliza de crédito al 0% o de poder fraccionar el pago de impuestos. Incluso también está la posibilidad de disponer de una tarjeta Cash in para ingresos de hasta 15.000 euros en efectivo o de financiar la renovación de los puntos de venta.

Especialización, tecnología y comercio de proximidad

El comercio de alimentación y bebidas al por menor se ha visto reforzado por el confinamiento. Al contrario que la restauración y el resto del comercio minorista, este sector cerró el año 2020 con un crecimiento de las ventas. No sólo eso, si no que la compra de proximidad también ha experimentado un aumento de su actividad, que los últimos años estaba muy agravada debido a la intensa competencia procedente de las grandes superficies y las cadenas de supermercados. Banco Sabadell también ha reforzado esta idea dando respuesta a algunos retos importantes que el pequeño comercio tendrá que empezar a valorar.

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La incorporación de nuevas tecnologías es crucial para hacer frente a grandes cadenas, adoptando por ejemplo fórmulas de entrega asequibles que puedan competir con los gigantes del mercado. No sólo eso, sino que la apuesta por la sostenibilidad es un plus para el comercio de proximidad: ante la creciente preocupación del consumidor por el medio ambiente, cada vez se apuesta más para consumir alimentos de origen vegetal, reducir el plástico o comprar a granel. No hay duda que esta filosofía está en el ADN de muchas tiendas locales y eso aumenta su confianza. Indudablemente, el confinamiento pandémico ha supuesto un antes y un después para el canal online del sector de la alimentación, y eso es un factor clave para que el sector continúe avanzando hacia una adaptación logística, digital y sostenible. La conjunción de estos 3 factores marcarán la actividad sectorial a medio y corto plazo, teniendo en cuenta que el comercio online tiene que convivir con la apuesta por los productos frescos y ecológicos y los platos preparados.

La especialización parece ser la respuesta a todo. Esta secuencia de medidas que el banco potencia tiene detrás un enorme equipo de gestores especializados en modelos de negocio que confían ciegamente en que un negocio tiende más a crecer cuanto más especializada esté tanto su red comercial como su posicionamiento de marca. Y eso es lo que se intenta desde diferentes frentes: adaptar cada nicho y potenciar todas sus características. Lo que tenemos por seguro es que la pandemia ha demostrado que debe haber otras maneras de hacer las cosas si los gremios de la restauración y de la alimentación quieren sobrevivir. La recuperación pasa por aquí. Poco a poco y buena letra.