Si eres nuevo en esto de cuidarse y hace poco que has empezado a preocuparte por tu salud y bienestar, seguro que ya habrás descubierto que hace falta mucho más que unos cuantos entrenamientos en el gimnasio para bajar unos kilos o conseguir un abdomen definido. La clave es comer saludable y encontrar el equilibrio entre ejercicio y alimentación.
El cuerpo necesita nutrientes para su correcto funcionamiento y disponer de la energía necesaria para poder afrontar los duros entrenamientos. Si crees que tu alimentación no es lo saludable y variada que debería ser, en este artículo te vamos a guiar por el buen camino para comer saludable y conseguir tus objetivos.
Ejercicios y alimentación deben ir unidos
1. Hidratarse de forma inteligente
La comida no es lo único que debemos controlar a la hora de revisar nuestra dieta para ver si estamos haciendo algo mal.
Aunque el agua pueda constituir la mayor parte de tu ingesta diaria de líquidos (sobre todo durante los entrenamientos), los refrescos azucarados y bebidas con gas también son altamente calóricas. De poco sirve contar las calorías de los alimentos que consumes si no tienes en cuenta las calorías de lo que bebes.
Los zumos, los batidos, el alcohol y las bebidas gaseosas aportan calorías vacías que pueden contribuir al aumento de peso, además de afectar de forma negativa a tu rendimiento deportivo y recuperación. Si te gusta tomar zumos de frutas, evita los concentrados industriales y opta por los orgánicos y naturales siempre que puedas.

2. Cambiar los fritos por asados o a la parrilla
Para freír un alimento hay que gastar grandes cantidades de aceite y otras grasas que son totalmente prescindibles en nuestra dieta. Si utilizas mantequilla para cocinar, lo primero es dejar de utilizarla y sustituirlas por aceite de oliva virgen extra o aceite de coco.
En lugar de freír las comidas, puedes asarlas, hervirlas o cocinarlas a la parrilla. De esa forma, además de conservar los sabores originales de cada alimento, estos métodos de cocinado permiten que los alimentos suelten parte de la grasa que puedan contener y no tengas que añadir más grasa para cocinarlos.
3. Hacer de la alimentación saludable un hábito
No te preocupes si al principio te cuesta un poco controlar los antojos de dulce, es normal. Busca alternativas más saludables a los alimentos dulces muy procesados y ve sustituyéndolos progresivamente por las opciones más saludables.
4. Decir no al azúcar
El azúcar está en todas partes, pero, ¿realmente es necesario? La glucosa es una parte importante de las reservas de energía necesarias para hacer ejercicio. Sin embargo, un exceso de azúcar puede provocar problemas de salud y, a corto plazo, puede influir de forma negativa en los niveles de energía.