Las bebidas vegetales han crecido de una forma exponencial en nuestro entorno. Tanto en las que podemos encontrar en los supermercados como en los bares. Y no hace falta ni decir en las tiendas especializadas en productos naturales. No es para sorprendernos, dado que sus propiedades nutricionales son muchas. Ideales para tomarlas solas, con algún tentempie, en batido... Solamente debemos escoger la que más nos gusta. Una de las que está empezando a entrar con fuerza tiene su origen en Corea, y se trata de la leche de plátano. Una bebida muy sencilla de hacer nosotros mismos en casa, y que nutricionalmente es muy rica en vitaminas y en minerales.

Una bebida con una historia particular

Actualmente otras leches como las de almendras, soja o avena son mucho más consumidas, sin embargo esta variante coreana poco a poco se abre paso. No es para menos teniendo en cuenta que el plátano es una de las frutas más consumidas y conocidas tanto a nivel nacional como internacional, y que aporta sabores, texturas y aromas diferentes en todas sus formas y versiones. Freirlo, licuarlo, al natural... Para terminar con la leche de plátano. una opción que es saludable, barata y muy fácil de elaborar nosotros mismos sin salir de casa. Para ello, sólo hay que cortar un plátano sin la cáscara, licuarlo y diluirlo con media taza de agua. Cuanto más maduro esté el plátano, más dulce será el sabor.

La leche de plátano, cada vez más conocida

Son muchos los beneficios nutricionales del plátano, como la energía que nos proporciona y la fuente de potasio que es. Por todos conocido. Sin embargo la historia de esta bebida es curiosa, ya que todo empezó en la década de los setenta, cuando el gobierno coreano decidió promover el consumo de leche para mejorar la salud de la población. Pero la leche de vaca no era algo que formara parte de la cultura coreana y la mayoría de la gente pasaba por que la encontraban sosa y nada apetecible. Sin embargo, todo cambió cuando en 1974 una empresa coreana, Binggrae, decidió añadir un poco de plátano a la leche para que resultara más sabrosa.

La elección del plátano no había sido al azar. Al tratarse de una fruta exótica, poco accesible y cara para la población coreana, todo el mundo quería probarla. Un gancho que, junto con la ocurrencia de embotellarla en unos envases cónicos inspirados en los jarrones coreanos tradicionales y que permetían ver su color (más atractivo y llamativo visualmente que la leche a convencional), hizo que tuviera un éxito arrollador y con el tiempo haya alcanzado casi la categoría de objeto de culto.

Una bebida que llega para quedarse y que tiene una historia curiosa, además de unas propiedades nutricionales muy grandes para nuestro día a día.