Cuando quedan menos de veinticuatro horas para la celebración de una Comisión extraordinaria de Economía que debe permitir la aprobación inicial del proyecto de presupuestos del Ayuntamiento de Barcelona así como de las Ordenanzas Fiscales para 2026, el gobierno de Jaume Collboni no está en situación de garantizar que estas propuestas salgan adelante, ya que, de momento, solo cuenta con el apoyo explícito de ERC, mientras que el principal grupo de la oposición, Junts per Barcelona, ya ha anunciado, este mismo miércoles, su intención de votar en contra. También votará en contra el PP y, presumiblemente, Vox. Todo ello hace que la clave para sacar adelante las cuentas recaiga en Barcelona en Comú, que a pesar de expresar sus objeciones a la propuesta, todavía no ha definido el sentido de su voto en una comisión que se celebrará el jueves a las 16 horas.

De hecho, después de que este martes ERC presentara sus condiciones para apoyar los presupuestos, este jueves a primera hora de la tarde, el teniente de alcaldía de economía, Jordi Valls, ha celebrado que el gobierno municipal del PSC ha llegado a un acuerdo con los republicanos sobre las cuentas y las ordenanzas fiscales aceptando las propuestas de ERC en materias como “la creación de un fondo turístico y la consolidación de los proyectos de la comisionada del catalán”, aparte de otras incorporaciones que, según Valls, son “aportaciones de ERC que enriquecen el presupuesto”. Con este acuerdo, en todo caso, Valls ha admitido que las cuentas “tendrán el apoyo de 15 concejales”, una cifra insuficiente para garantizar la aprobación inicial que permitiría entrar a fondo en la negociación entre los grupos.

La aprobación dependerá de los comunes

Hay que tener en cuenta que este mismo miércoles, el presidente del grupo municipal de Junts per Barcelona, Jordi Martí Galbis, ha anunciado que votarán en contra de la tramitación del presupuesto y las ordenanzas fiscales para 2026 en la comisión del jueves, lamentando que el proyecto de Collboni es “muy continuista” y que el ejecutivo municipal “no ha tenido ninguna voluntad de negociación”. Asimismo, Martí ha justificado su voto contrario por la “falta absoluta de voluntad política” del gobierno de Collboni “para llegar a algún acuerdo con la principal fuerza de la ciudad, ganadora de las elecciones de 2023” y ha lamentado que “se conforman con un acuerdo insuficiente con ERC y aparentando una confrontación con los comunes”.

En esta situación, que el ejecutivo municipal sea capaz de sacar adelante su propuesta, que supondría la tramitación para la aprobación definitiva de los presupuestos y las ordenanzas fiscales en un futuro plenario, depende ahora de lo que haga el grupo municipal de Barcelona en Comú, forzado a votar a favor para que la propuesta salga adelante. En todo caso, si la propuesta fuera rechazada, el gobierno municipal dispondría aún del recurso de plantear una cuestión de confianza para aprobar las cuentas, una carta que Collboni ya utilizó para las cuentas de 2024 y que ahora podría volver a jugar. Eso sí, Valls ha preferido “no anticipar ningún escenario”. 

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