Una pyme catalana registró al principio de 2014 la marca Black Friday con letras blancas sobre fondo negro en la Oficina Española de Patentes y Marcas. Hoy, casi todas las empresas del Estado utilizan esta marca.

Es por eso que Cromek System, la pyme que la patentó y que se dedica al marketing y a la comunicación, ha arrancado una "campaña divulgativa", según ha explicado a su consejera delegada Carmen San Gil a El Nacional, que consiste en enviar una serie de correos a las multinacionales españolas para avisarlas que si siguen utilizando la marca, los reclamarán los derechos de autor.

"Son muchas las empresas y establecimientos que utilizan la expresión Black Friday, ignorando que esta como tal tiene unos legítimos propietarios y que la referida expresión está registrada en España", subraya la empresa en un comunicado, en qué también añade que "este año muchas grandes cadenas, después de su conocimiento, ya han cambiado el nombre de sus campañas por otros similares".

Y es que si una marca está patentada por una empresa, nadie más la puede utilizar sin pagar los derechos de autor. Y el nombre que patentó esta pyme lo ha utilizado casi todo el mundo para anunciar sus descuentos. Ahora bien, Cromek se quiere mostrar prudente porque ellos son una empresa con 12 trabajadores y las multinacionales tienen mucha fuerza. Eso sí, San Gil ha subrayado que "queremos defender nuestros derechos para utilizar la nosotros la marca".

Tener pruebas

Precisamente por este motivo, así como para tener pruebas que las grandes empresas conocen la situación, el primer paso a seguir es informar a las grandes multinacionales de que no pueden hacer uso de su marca.

La causa de este alboroto tiene una razón. En general, marcas como "Rebaixes" o "Halloween" no se pueden registrar porque tienen que estar al alcance de todo el mundo.

De hecho, el artículo 5.1d de la ley de Marca establece que no se podrán registrar como marcas "las que se compongan exclusivamente de signos o indicaciones que se hayan convertido en habituales para designar los productos o los servicios en el lenguaje común o en las costumbres leales y constantes del comercio". Pero en 2014, Black Friday no era demasiado conocido en el Estado y, quizás por eso, se les permitió registrarlo.

Una marca de todos

La consejera delegada de la empresa en cuestión ha querido dejar claro también a este medio que "queremos que sea una marca de todos, pero sobre todo del pequeño comercio catalán" ya que su objetivo como agencia de comunicación es que Black Friday sea "una plataforma donde el usuario pueda buscar sus descuentos por barrios".

De todos modos, sus abogados les recomendó iniciar esta campaña divulgativa porque si pasan los años y no lo hacen pierden sus derechos, aseguran.