La banca española cierra 2023 como uno de los mejores años de su historia gracias a las rápidas y fuertes subidas de tipos de interés emprendidas por el Banco Central Europeo en 2022, que han llevado el precio del dinero al 4,5% tras varios ejercicios en el 0% o incluso en negativo. Dichas subidas han impulsado el margen de intereses y con ello, los resultados. A falta de conocer los del cuarto trimestre, sus números ya eran récord a cierre de septiembre. Solo los seis bancos del IBEX habían ganado casi 20.000 millones.

Pero en 2024 el contexto será distinto. Las subidas de tipos empezarán a mostrar su cara menos amable, un enfriamiento de la economía, una menor renta disponible y deudas más caras que pueden tambalear las finanzas de familias y empresas. Por ello, los expertos advierten que la morosidad, que incluso creen que ya ha tocado suelo, empezará a repuntar.

Además, temen que la rentabilidad alcanzada en 2023 no pueda seguir creciendo porque tampoco lo hará el margen de intereses. Asimismo, advierten que se seguirán vendiendo pocas hipotecas, y amortizando más, lo que reducirá el saldo de su balance. Y recuerdan que existe la posibilidad de que el Gobierno español haga permanente el impuesto a la banca definitivamente.

Carola A. Saldias Castillo y Marco Troiano, analistas de Scope Ratings, creen que los factores favorables a la rentabilidad para la banca española vividos en 2023 se volverán desfavorables en el nuevo año. El ROE mejoró de forma generalizada en todo el sector, alcanzando el 12,4% de media en entidades como Santander, BBVA, Sabadell o CaixaBank. Se trata de unos buenos niveles de rentabilidad, ya que han estado en su mayoría por debajo del 10% durante los últimos cinco años.

El principal motor de la rentabilidad ha sido el margen de intereses, que en la recta final de año siguió creciendo, pero ya a un ritmo más lento. La gran exposición de la banca española a préstamos y créditos de tipo de interés variable han permitido que sus carteras se revaloricen tras las continuas subidas de los tipos de interés, pero estas subidas podrían haber terminado ya.

“Esperamos que la mejora del margen de intermediación continúe al menos durante el primer semestre de 2024, ya que las hipotecas a tipo variable siguen representando en torno al 68% del total”, indican los analistas. “Tanto en España como en la UE en general, esperamos una contracción de los préstamos hipotecarios y a empresas, ya que la reducción de la renta disponible y las subidas de los tipos de interés han afectado más a los hogares y a las pequeñas empresas”, añaden.

Por otra parte, destacan que los ratios de eficiencia están mejorando en todos los bancos, con una media del 43% para el tercer trimestre frente al 47% para el ejercicio 2022, ya que los mayores ingresos de explotación respaldan los objetivos de eficiencia. “Esperamos que esta mejora se mantenga en 2024, aunque acabará invirtiéndose a medio plazo a medida que se normalicen los ingresos”.

Los de Scope Ratings indican también que el coste del riesgo está aumentando, aunque de forma muy controlada, ya que se mantienen por debajo de las previsiones para todo el año 2023. “Por el momento no se han materializado los temores a un ciclo grave de la calidad de los activos, salvo en algunos segmentos seleccionados. Para BBVA y Santander, el mayor coste del riesgo refleja el aumento de las carteras de préstamos al consumo en los mercados emergentes. Para 2024, esperamos que el coste del riesgo aumente para todos los bancos ligeramente por encima de las previsiones para 2023, pero siempre bajo control, ya que prevemos una transición a niveles medios a lo largo del ciclo”.

En cuanto a los costes extraordinarios, recuerdan que el impuesto aprobado por el Gobierno para 2023 y 2024 fue fácilmente absorbido por el aumento de los beneficios y es poco probable que afecte a los resultados en 2024. En su escenario base no contemplan una prórroga del impuesto por un periodo más largo. 

Sin embargo, la proliferación de impuestos sobre las ganancias inesperadas de los bancos en los países de la UE, como Italia, República Checa o Hungría, hace que a medio plazo puedan surgir nuevas iniciativas que mermen la rentabilidad de los bancos españoles.

La morosidad toca suelo

Hasta ahora, la calidad de los activos bancarios han demostrado su resistencia, aunque el descenso de la morosidad parece haber tocado suelo, continúan los analistas. “Los datos del Banco de España para septiembre de 2023 muestran que la tasa de morosidad del sector se ha estabilizado en el 3,56%, pero esperamos cierto deterioro en el primer semestre de 2024, debido inicialmente a los préstamos al consumo y, finalmente, a las pymes vulnerables y a sectores empresariales específicos, a medida que el menor crecimiento y los altos tipos de interés afecten a la calidad del crédito”.

Los cuatro grandes bancos del país presentan una morosidad inferior a la media del sector bancario español a septiembre de 2023, en parte como resultado de su combinación geográfica, pero también como reflejo de una gestión proactiva de las exposiciones a activos tóxicos.

Las carteras españolas se mantienen estables, con pequeñas diferencias entre los bancos. BBVA mostró un ligero aumento de su ratio de morosidad en el tercer trimestre de 2023, la tasa de morosidad del Santander disminuyó ligeramente, mientras que tanto Sabadell como CaixaBank registraron una estabilización de los stocks de morosidad. Pero ahora se prevé un ligero aumento de las ratios de morosidad a medida que se deja sentir el efecto de la reducción de la cartera de préstamos española.

“La morosidad debería empezar a aumentar en todos los bancos, incluidos los domésticos, principalmente en los segmentos de consumo y pymes, que consideramos los más vulnerables a la desaceleración económica y a la subida de los tipos de interés”, no así en las hipotecas, concluyen.