La bodega Raventós i Blanc ha iniciado este jueves la vendimia con muy buenas perspectivas: una uva muy sana y equilibrada, gracias a una climatología excelente que ha incrementado un 25% el rendimiento de las viñas. Será "un año de una cierta recuperación y de transición", con una cosecha de entre los 4.000-5.000 kg/hectárea, todavía lejos de los 6.000-8.000 kg/hectárea de los años buenos antes del 2019.

La campaña vitivinícola de este año ha sido marcada por unas condiciones meteorológicas excepcionales, que han favorecido el vigor y la salud de la viña a la DO Penedès, que la bodega Raventós i Blanc quiere potenciar, ya que ha sido concebida para distinguir los vinos más prestigiosos del territorio y garantizar el origen, la excelencia y la trazabilidad. El proyecto se inspira en el modelo de calidad de la Borgoña, dónde los valles, los pueblos y las viñas son los verdaderos protagonistas, y dónde la identidad de cada parcela queda reflejada en la copa. En opinión de Pepe Raventós, 21ª generación de la familia, este es el camino para situar el Penedès al mismo nivel que los grandes vinos del mundo, reconocido no solo por su calidad, sino también por su autenticidad y vínculo con el territorio.

Con este objetivo, la bodega familiar ha subido el precio de la uva a los 19 viticultores de la zona y que trabajan con sus mismos estándares de "calidad excelentes", rehuyendo de una manera de trabajar la viña que históricamente ha primado el volumen por encima de la calidad. "Prevemos pagar hasta 1,25 €/kg", aunque la empresa elaboradora reducirá un 10% la compra de uva, porque las viñas de la finca propia han aumentado la producción este año. El precio de la uva será, pues, un 4,2% más alto de lo que se pagó el año pasado, "reafirmando así nuestro apoyo a los productores locales de la Conca del Riu Anoia", asegura la compañía.

El director general del celler Raventós i Blanc, Pepe Raventós
El director general de la bodega Raventós i Blanc, Pepe Raventós

Pepe Raventós habla del Penedès como "un territorio privilegiado porque el clima, el suelo y nuestro trabajo con la viña se conjuran de manera natural. Han caído más de 600 mm de agua, bien repartidos, hemos tenido una primavera seca y calurosa cuando ha sido necesario. Un clima perfecto para la práctica orgánica y biodinámica, así como para la mínima intervención. Eso es el Penedès, es la mejor demostración de que tenemos un lugar único para hacer vino", asegura el director general, que está vinculado a la bodega desde el 2001.

La bodega y sus viticultores comparten una manera de ver y hacer en la viña a la cual se dedican al 100%, con control y seguimiento de las parcelas por parte de los técnicos de Raventós i Blanc; viñas vendimiadas a mano; producciones máximas de 8.000 kg/hectárea; transporte en menos de 2.500 kg; y con la llegada de la uva entera a la bodega. Así lo explican desde la compañía elaboradora.

La climatología ha favorecido la cosecha

Después de tres campañas marcadas por una sequía sin precedentes, la viña había visto reducida de manera drástica su producción: menos uva por cepa, reservas hídricas escasas y una respuesta vegetativa limitada. El año pasado, "la situación fue especialmente crítica, con unos rendimientos un 50% inferiores a la media histórica", recuerdan desde la bodega de Gelida (Barcelona).

Las lluvias acumuladas a lo largo del invierno y la primavera, sumadas a unas condiciones climáticas favorables durante el ciclo vegetativo, han permitido a las plantas recuperar parte de su capacidad productiva. Las previsiones al inicio de la vendimia en Raventós y Blanc apuntan a "un incremento de los rendimientos de aproximadamente un 25% con respecto a la vendimia anterior, con una uva sana, equilibrado y con un alto potencial cualitativo; una cifra que confirma la recuperación parcial, pero que evidencia el impacto de la sequía acumulada desde el 2021", insisten.

Estos datos sitúan la vendimia 2025 como "una cosecha de transición: un paso adelante cabe a la normalidad productiva, pero todavía condicionada por la memoria hídrica de la viña y la necesidad de seguir recogiendo agua y reconstruyendo las reservas del suelo para garantizar el futuro de las siguientes añadas", concluyen.