Las bodegas catalanas han dado esta semana el pistoletazo de salida a la vendimia de 2025, como ya va siendo costumbre, especialmente en los últimos años, cuando la climatología no ha acompañado el cultivo de la viña. La cosecha de 2025 se inicia con mejores previsiones porque la climatología ha sido más equilibrada que en las añadas anteriores y, por lo tanto, se espera una excelente calidad de la uva, cuando menos, en comparación con los años previos afectados por la sequía.
En 2025, excepto algunos episodios de lluvias intensas el pasado mes de julio en algunas áreas de la Terra Alta, el Alt Penedès, el Pla d'Urgell y el Urgell, y de algunas tormentas de granizo, ha sido un año más favorable para el cultivo de la viña, que tampoco ha tenido ningún mal. Ha sido el año más lluvioso de los últimos cinco. Por lo tanto, se prevé una cosecha un 35% superior a la del año pasado, una añada caracterizada por un cierto descenso de la producción.
El sector confía en que nada se estropee en las próximas semanas y que el tiempo les siga acompañado. Hablan con prudencia de la cosecha de este año como la que consolidaría la recuperación iniciada en el 2024, pero todavía alejada de las vendimias anteriores a 2020. Después de haber pasado una sequía extrema, que ha estropeado la producción y el volumen de la cosecha, "la vendimia será buena, con buena calidad de la uva," explican fuentes de la DO Cava. No obstante, son cautelosos, "justo acaba de empezar la cosecha".
Elaboradores como Gramona o Raimat han sido de los primeros a empezar la vendimia en sus fincas. Gramona es uno de los grandes defensores de las vendimias nocturnas y, por lo tanto, la empezó la madrugada del pasado 1 de agosto. Por dos razones básicas: se puede coger la uva a una temperatura de entre 15 y 20 grados y pasarlo directamente a las prensas, evitando el proceso de enfriamiento de la uva; y también para mejorar las condiciones de trabajo de los viticultores -evitando la exposición a altas temperaturas. La vendimia se inició en una finca de Aliances per la terra, una agrupación de viticultores fundada el año 2015 que sigue una filosofía de trabajo respetuosa con el entorno. Sus miembros fundadores -entre ellos Gramona- conforman una de las extensiones de viña biodinámica más amplia del Penedès, con un total de 420 hectáreas.
Buena calidad de la uva
En el caso de Raimat, una de las quince bodegas de Raventós Codorníu, que pertenece a la DO Costers del Segre (Lleida), la vendimia se ha estrenado este martes. La previsión de la bodega es recoger cerca de seis millones de kilos de uva (100% ecológico) para los vinos de Raimat. En comparación con la campaña anterior, se prevé que la vendimia 2025 será un poco superior, dado que no se ha visto afectada por heladas o piedras. Así y todo, la calidad de la uva promete ser excelente, gracias a una maduración más lenta y equilibrada, según ha expuesto la compañía.
"El ciclo de la viña empezó con un cierto retraso con respecto a años anteriores, aunque finalmente, a pesar de las elevadas temperaturas registradas en junio, consiguió un ritmo más habitual", ha concretado. Al mismo tiempo, las temperaturas moderadas de julio están favoreciendo "una maduración más lenta y equilibrada, lo cual permite una mejor armonía entre grado alcohólico y acidez". Todo apunta al hecho de que la cosecha de este año será de una calidad excepcional, han resaltado.
El director de Raimat, Joan Esteve, ha explicado que "aunque este julio ha sido más fresco del normal, el cambio climático es una realidad; por lo cual tenemos que seguir trabajando para minimizar su impacto con técnicas más sostenibles y apostando por una agricultura regenerativa, por la innovación tecnológica y por un uso cada vez más eficiente de recursos clave como el agua y la energía".