El consejero delegado de Seat y Cupra, Wayne Griffiths, ha sido rotundo en su advertencia al Gobierno español, al que ha exigido que apoye de forma clara el coche eléctrico, porque están en “riesgo las inversiones y el empleo”, ha comentado este jueves durante la presentación de los resultados del grupo del año pasado. Griffiths ha señalado, en referencia a las obligaciones del Gobierno con la movilidad eléctrica, que “es momento de tomar decisiones y llevamos un mes esperando respuesta del presidente del Gobierno sobre el plan Moves. Las inversiones están en juego y los empleos están en juego; es así de serio”.

El máximo responsable de Seat ha señalado que el grupo Volkswagen ha cumplido en su compromiso con la transformación de la electrificación del automóvil, con una inversión de 10.000 millones de euros en España, con la fabricación de coches eléctricos más simples, una planta de ensamblaje de baterías, la gigafactoría de Sagunto, en Valencia, y las nuevas líneas de coches eléctricos en Martorell (Barcelona) y Landaben (Navarra). “Nosotros hemos hecho los deberes, pero no puedo decir lo mismo del Gobierno y de la Unión Europea. Las inversiones están hechas, el producto está a punto de salir, estamos moviendo tierra para la planta de ensamblaje de baterías de Martorell. Hay que estar listos para 2025", ha dicho, en referencia a la fecha fijada para empezar a fabricar el primer eléctrico puro de la gama Small BEV que saldrá de Martorell: el Cupra Raval, que empezaría a fabricarse a finales de 2025, para iniciar su comercialización en 2026, al que seguirá el Volkswagen ID.2aII.

Inestabilidad política

Sobre España, Griffiths ha mostrado su preocupación por la “falta de estabilidad política y de normalidad institucional, que genera confusión en el consumidor. Necesitamos objetivos realistas, estabilidad y seguridad, y que se vendan coches electrificados para cumplir la descarbonización”. El consejero delegado de Seat ha insistido en el retraso de España, donde el coche electrificado supone el 12% de las ventas en 2023, frente al 22% de la media en la Unión Europea. “Y en 2024, estamos peor, pues los coches eléctricos puros han bajado al 5%”. Incluso considera que el 22% del mercado de electrificados en Europa tampoco es suficiente y ha criticado la retirada prematura de las ayudas a la compra de electrificados en algunos países como Alemania.

“Nosotros cumplimos con las inversiones y estamos preparados, pero el mercado no lo está. Debemos hacer que el mercado esté listo, que los consumidores crean que el eléctrico es la solución y no el problema”, ha apuntado. Y para que el coche eléctrico sea creíble, hay que desarrollar la infraestructura de recarga, muy retrasada en España, y mejorar la fiscalidad. En este sentido, Griffiths ha apuntado que el Gobierno español podía fijarse en las medidas de Portugal, que ha potenciado fiscalmente la compra de los eléctricos, lo que ha generado que los electrificados supongan más del 22% de las matriculaciones del país vecino.

No es la primera vez que Griffiths, que también es el presidente de la patronal de fabricantes Anfac, insta al Gobierno español a ponerse las pilas con la electrificación; sin embargo, esta vez, el directivo inglés se ha mostrado especialmente duro en la Casa Seat de Barcelona y ha llegado a advertir de que "están en juego" las inversiones del grupo alemán, así como los empleos. "Así es de serio y nos lo tenemos que tomar en serio", ha apuntado. Tras recordar que hace más de un mes que espera que el Gobierno cumpla el compromiso que hizo Sánchez de mejorar el plan Moves de ayuda a la compra de eléctricos, ha asegurado que "hemos perdido ya dos años y hay que recuperarlos ya".

Exceso de regulación

Pero las críticas no se han limitado al Gobierno español. El consejero delegado del grupo automovilístico ha cargado contra el "exceso de regulación" de la UE y ha alertado que las normas se están convirtiendo en una "camisa de fuerza" para los fabricantes de automóviles. Ha señalado que nadie pone en duda el fin de los coches de combustible en 2035, pero ha pedido un mayor apoyo desde las autoridades comunitarias. En este sentido, critica la inacción comunitaria frente a Estados Unidos y China que están volcándose con sus fabricantes, con la llegada de modelos eléctricos en Europa que están tensionando los precios.