El grupo Raventós Codorníu ha prescindido del director de marketing y ventas, Antoni Batllori de Ribot, número dos de la compañía catalana de cavas y vinos. Este movimiento se produce en un momento en que se está a punto de cerrar la venta de la participación mayoritaria (68%) que posee el fondo Carlyle.
Batllori ha sido relevado por Miguel Ángel Ricote Pacheco, con 33 años de trayectoria en la compañía, según ha avanzado El Periódico. Informan que la salida de Batllori ha sido negociada y de común acuerdo. Llevaba 5 años en Codorníu. Con anterioridad, fue directivo de ventas de Bacardi y de la división de aguas de Danone.
La salida de Batllori se enmarca en los preparativos para la venta del paquete accionarial de Carlyle. A mediados de septiembre, en un encuentro con periodistas, el CEO de Codorníu, Sergio Fuster, confirmó que la decisión sobre la venta no se hará esperar porque “va de meses, no de años”. Sin embargo, indicó que todas las opciones están abiertas: "venta total del paquete, parcial o desistir".
El fondo estadounidense ha contratado los servicios de Morgan Stanley y Banco Santander para que asesoren en la venta. Controlan el 68% desde 2018. El 32% todavía está en manos de varias ramas de la familia Raventós.
Hace 7 años, con la oferta de Carlyle, por 390 millones de euros, algunas de las ramas de la familia salieron del capital y otras redujeron significativamente sus participaciones. El grupo, considerado la empresa más antigua de España -se fundó en 1551- tiene quince bodegas emblemáticas repartidas por España, Argentina y California; así como 3.000 hectáreas de viñedo en gestión, que ha orientado hacia la viticultura ecológica al 100%. La bodega principal y sede corporativa del grupo está en Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona).
En el último ejercicio fiscal, cerrado el 30 de junio pasado, Codorníu obtuvo un beneficio operativo (ebitda) de 44 millones de euros, un 13% más. "Estamos cumpliendo el plan económico que nos fijamos, hace cinco años, para alcanzar los 50 millones de ebitda", indicó Fuster cuando el pasado septiembre presentó los resultados de la compañía. "Lo tenemos al alcance" para el año fiscal 2025-26, aseguró entonces.
La facturación se situó en 232 millones de euros. La evolución del negocio fue favorable en todos los segmentos de producto y en todos los mercados. Codorníu comercializó 57 millones de botellas, un 44% de las cuales se distribuyeron en los mercados internacionales, en 63 países. Del total, casi el 60% corresponde a la venta de cava.
Mercado norteamericano y aranceles
Estados Unidos representa el 9% de las ventas totales, de las cuales un 50% provienen de la bodega que el grupo tiene en Napa (California). Por eso, están exentos del pago de los aranceles del 15% impuestos por Donald Trump a los cavas importados.