El fondo de inversión estadounidense Carlyle ha confirmado este lunes que ha iniciado el proceso para desinvertir del capital de la bodega Raventós Codorníu, compañía de la que ostenta un 68% desde 2018. Carlyle ha designado a Morgan Stanley y el Banco Santander como asesores financieros para la operación de venta y analizar las diversas opciones estratégicas para realizarla.

El capital restante está en manos de los descendientes de la familia Raventós. Hace 7 años, con la oferta de Carlyle, por 390 millones de euros, algunas de las ramas de la familia salieron del capital y otras redujeron significativamente sus participaciones. El grupo, considerado la empresa más antigua de España -se fundó en 1551- tiene quince bodegas emblemáticas repartidas por España, Argentina y California; así como 3.000 hectáreas de viñedo en gestión, que ha orientado hacia la viticultura ecológica al 100%. La bodega principal y sede corporativa del grupo está en Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona).

La decisión de Carlyle coincide con la buena situación financiera del grupo Raventós Codorníu que en los últimos cinco años ha duplilcado su rentabilidad, obteniendo un beneficio bruto de 39 millones de euros, en el último ejercicio fiscal, cerrado a junio de 2024. Esta cifra supone un aumento anual del 15%, y consolidó el retorno a la senda de ganancias, después del traspié de la crisis de la pandemia. En el último ejercicio, las ventas se situaron en 232 millones de euros, superiores en un 4% en las registradas el ejercicio precedente.

El consejero delegado de Raventós Codorníu, Sergio Fuster. / Foto: Montse Giralt
El consejero delegado de Raventós Codorníu, Sergio Fuster. / Foto: Montse Giralt

En un comunicado emitido este lunes, la compañía que dirige Sergio Fuster destaca la buena marcha de todas las líneas del negocio de la bodega y reitera el objetivo de alcanzar un beneficio bruto de 50 millones, en el corto plazo. La compañía ha reforzado su posicionamiento en el segmento premium y ha ampliado su presencia internacional, recuerda el grupo, que en 2018 registraba un beneficio bruto de 26 millones. 

Fuster ha destacado que "la compañía hoy es mucho más ágil, flexible, sostenible y competitiva". "Hemos profesionalizado la gestión, diversificado nuestras marcas y canales, y estamos mejor preparados que nunca para hacer frente a una nueva etapa de crecimiento rentable”.