La vivienda industrializada, que se hace por módulos en una fábrica y después se monta allí donde se tienen que hacer las casas o pisos, vive un momento clave en España. El pasado mes de abril, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, anunció una inversión pública de 1.300 millones de euros para hacer 15.000 viviendas al año que lleguen a ser 20.000 de aquí a una década, muchas de las cuales tendrán que cubrir la nueva oferta pública. Lo hizo durante el Rebuild 2025, especializada en este sector. Ignasi Pérez, que dirige el Congreso Nacional de Arquitectura Avanzada y Construcción 4.0 dentro de Rebuild y es vicepresidente en Europa de Globalbitz, ha creado una empresa con la que quiere ser referente de la nueva construcción. Se llama Atom y todavía solo ha superado la fase de pre-seed con aportaciones de 600.000 euros, pero Pérez tiene un objetivo ambicioso. "Quiero hacer un millón de viviendas industriales. Algunos de ellos se podrán exportar fuera de España. Ya hay viviendas en Brooklyn, Nueva York, que se han fabricado en Europa", dice en entrevista con ON ECONOMIA.
Licenciado en arquitectura y creador del primer departamento de sostenibilidad en una escuela de arquitectura, en la Universidad Internacional de Cataluña, hace 25 años, Pérez cree que el camino hacia la vivienda industrializada supone un "cambio de paradigma". Se encuentra buscando inversores después de que ninguno de los grandes bancos españoles aprobara las rondas de financiación de 4 millones que levantaron hace dos años con un inversor israelí. "Ahora tenemos que empezar de nuevo", dice, pero ya ha conseguido un capital riesgo del gobierno vasco de 170.000 euros y 200.000 euros de inversión pública vía Enisa. Lo completan con dos venture capital y continúan buscando fuerzas financieras para crecer.

"Nosotros queremos ser una fábrica, no una constructora. Además de los PERTE, este año el gobierno español nos ha reconocido por primera vez como profesión creando el CNAE (Código Numérico de Actividades Económicas) de construcción de vivienda industrializada, porque antes no existía", celebra el arquitecto y emprendedor. "No queremos estar como constructores, porque esto nos dificulta mucho entrar en licitaciones públicas contra una constructora normal", aclara.
En un país con un déficit de vivienda de unos 700.000 inmuebles y donde la vivienda pública solo cubre un 3,4% del total (unos 300.000 inmuebles), tres veces menos de las recomendaciones de llegar al 9%, la fabricación industrial puede ayudar a acelerar este proceso. No existen grandes empresas en España de construcción industrial y Pérez, experto en la materia, quiere ocupar parte de este vacío. En Holanda, hasta el 50% de las viviendas son industrializadas, mientras que en España solo el 1% de los nuevos edificios residenciales que se hacen lo son, por un 9% en Alemania o un 7% en el Reino Unido.
La madera, el hormigón y el acero son algunos de los materiales clave para esta transición, que además facilita según los expertos la adopción de criterios más sostenibles, ya que el cemento emite aproximadamente el 8% de las emisiones de CO₂ anuales y la vivienda industrial es también más fácil de reciclar. Además, añade, "la construcción con madera permite una mejor gestión forestal, que sirve para evitar incendios". "La calidad es superior, porque se puede homologar en la industria, puedes tener un sello de cero emisiones. La imagen que se tiene de la vivienda industrial, de módulos de baja calidad, es errónea", dice Pérez, que confía en el futuro de este sector que puede hacer viviendas más rápidamente, menos costosas y más sostenibles. "Además, dentro de una industria se pueden digitalizar mucho mejor los procesos. Hoy en día tú vas a una obra y no hay nada digitalizado, cuántos ladrillos se ponen, qué materiales se utilizan, a qué velocidad...", reflexiona. "Un coche te dice cuántos kilómetros has hecho, cuántos litros de gasolina te quedan, si te tienes que poner el cinturón de seguridad... A mí, mi casa ni me saluda. ¿Cómo es que todavía tengo una llave?", ironiza.
Los controles de calidad, defiende Pérez, están muy atrasados en vivienda por esta falta de digitalización. "En mi coche si llueve no entra ni una gota de agua. Ahora, en un piso...", reflexiona.
Viviendas regenerativas
El proyecto más ambicioso cuesta 250 millones y es un concepto de vivienda que será "regenerativo". "Mientras estés en casa, la casa te curará. Usaremos materiales sin bacterias, sin ácaros, con madera hidrotérmica, inodoros con sales de plata bactericidas, aires acondicionados con electrones que te rejuvenecen...", desarrolla el empresario, que además habla de casas aisladas y autosuficientes, con placas fotovoltaicas para no pagar energía. "Empezamos con un módulo en forma de casa que tiene medidas de remolques de coche, cocina, lavabo y 18 metros cuadrados. Vale entre 60.000 y 100.000 euros y es de alta calidad. Después puedes añadir otros módulos si quieres hacer la casa más grande", explica.
Atom se ha presentado en consorcios con otras empresas con el fin de acceder a las ayudas del ERTE y acelerar su puesta en marcha. Y su intención es tener la máxima financiación posible porque "cuanto más produces, más bajo es el coste". Inspirado de pequeño por el libro Nacho, el arquitecto, Ignasi Pérez cree que su apuesta por la vivienda industrial puede ayudar a resolver el problema del acceso a la vivienda. "No puede ser que tengo tres hijos que no podrán tener su casa. Que tenemos una carencia de 170.000 viviendas anuales y entregamos 80.000. Como arquitecto, no te puedes quedar de brazos cruzados", defiende.