El pasado 3 de marzo Estonia vivió sus últimas elecciones parlamentarias en las que el voto electrónico han tenido una presencia más que destacable. Los comicios celebrados este mes han establecido una nueva marca en el país del Este, al haber votado casi la mitad de sus ciudadanos mediante el método de voto online. En concreto, fueron 247.232 los ciudadanos que se decidieron por esta posibilidad sobre un total de 561.131 votantes.

Fueron 247.232 los ciudadanos que se decidieron por esta posibilidad sobre un total de 561.131 votantes

Estonia es un pequeño estado báltico de poco más de 1.300.000 habitantes que recuperó su independencia en 1991 tras haber formado parte de la URSS desde la Segunda Guerra Mundial durante medio siglo.

La formación ganadora de los comicios, con un 28,9%, fue el Partido Reformista de centro-derecha, que resultó también el más votado a través del sistema de voto electrónico, donde obtuvo un 40% de los apoyos.

La votación online cuenta con cierta tradición en Estonia, aunque su relevancia no ha sido especialmente destacada hasta las dos últimas elecciones, las municipales de 2017 y las parlamentarias de este año. En ambas, un 32 y un 44 por ciento de los votos, respectivamente, fueron emitidos mediante el sistema electrónico.

Los estonios pueden votar electrónicamente desde el décimo hasta el cuarto día antes de las elecciones presenciales. Fuera de ese periodo, incluido el mismo día de los comicios, no es posible hacer uso del voto electrónico. Así sucede en modo algo similar al del voto por correo de toda la vida.

Cómo es el sistema de voto electrónico

El proceso estonio de votación electrónico es bastante sencillo. Para poder votar, el ciudadano estonio tiene que haberse registrado anteriormente como votante y a partir de ahí contar con un ordenador con conexión a internet, el Documento Nacional de Identidad o un Documento de Identidad Móvil dotado de certificados y códigos PIN.

A partir de ahí, el ciudadano tiene que descargarse la aplicación para votar y el software verificará automáticamente si el votante está capacitado para emitir su voto. Si todo está en orden, el sistema le muestra la lista de candidatos a los que puede votar según su circunscripción.

Cuando el votante haya decidido a quién confía su voto, la aplicación lo encripta y lo envía de manera segura al servidor que recoge los votos electrónicos. Cada uno de los votos se marca con una marca digital que hace que en el caso de tener que ser revisado, pueda verificarse su llegada en tiempo y forma al servidor.

Cada uno de los votos se marca con una marca digital que hace que en el caso de tener que ser revisado, pueda verificarse su llegada en tiempo y forma al servidor

Cabe destacar que como el voto electrónico se emite desde un lugar no controlado por la Administración, y por lo tanto no necesariamente libre de presiones, el votante tiene la posibilidad de volver a votar electrónicamente durante el periodo establecido o, incluso, votar presencialmente en la urna en último término si ese es su deseo final, por la razón que sea. Como es lógico, solo su último voto será el que cuente finalmente.

Para usar el Documento Nacional de Identidad en Estonia, se necesitan un lector de tarjetas inteligentes y un software seguro especial. El Documento  Nacional de Identidad contiene dos certificados digitales distintos: uno para confirmar la identidad del titular y el otro para permitir que ese individuo firme documentos con una firma digital. En ambos casos, el ciudadano cuenta con códigos PIN especiales.

Dado que Estonia es un país miembro de la UE, sus ciudadanos acudirán a votar en las próximas elecciones europeas del 26 de mayo, y en ellas se podrá comprobar si los votos electrónicos pasan del 44% del total del pasado 3 de marzo a más del 50%.

El caso de Catalunya

El Govern hace años que tiene en su hoja de ruta la instauración del voto electrónico en las elecciones catalanas. Así en abril de 2016, el Govern se puso manos a la obra para que la novedad pudiera llevarse a cabo en las siguientes para el caso de los catalanes residentes en el extranjero. Pero todo quedó finalmente en agua de borrajas.

Con motivo de la preparación del referéndum del 1-0, también se pensó en recurrir al voto electrónico para los residentes fuera por medio de la presentación de la Ley del voto electrónico, aunque tampoco pudo llegar a buen término.

El último intento por parte del Govern fue puesto sobre la mesa el pasado mes de octubre. Habrá que ver si más pronto que tarde, el voto electrónico se convierte en una realidad después de las citadas intentonas.