¿Es un mito que los carbohidratos engorden? ¿Es saludable reducir el consumo de hidratos? ¿Cómo se puede hacer de manera adecuada? ¿Puede producir algún efecto secundario? Estas son algunas preguntas que pueden pasarnos por la cabeza cuando intentamos elaborar un calendario de alimentos para el día a día. Y más ahora, con la llegada del verano y la presión social que tenemos para hacer dietas.
¿Nos empeñamos en palabras que a veces no sabemos exactamente qué quieren decir. Qué son exactamente? Los hidratos de carbono, también conocidos como carbohidratos, glúcidos o azúcares son un macronutriente compuesto por moléculas de carbono, hidrógeno y oxigeno que tienen como función principal proporcionar energía a nuestro cuerpo. ¿Sin embargo, son sanos? "Reducir el consumo de hidratos de la dieta de manera drástica no tendría que afectar en la salud de las personas", explica la dietista-nutricionista y portavoz de Col·legi de Dietistes i Nutricionistes de Catalunya, Susana Cánovas. "Pero puede tener un efecto contrario si lo que buscan es adelgazar", advierte.
"A los hidratos de carbono –preferiblemente integrales– ajustados a los requerimientos nutricionales –gasto energético– de la persona y la actividad física que puedan hacer, les puedes ayudar a estar saciados y a dar la energía suficiente para llegar a la siguiente ingesta con un hambre cómoda", constata. "De esta manera, ayuda a evitar hacer ingestas más calóricas a la siguiente comida si llegan con mucha hambre".
Las "dietas milagro" no existen
La dietista-nutricionista advierte pero que las "dietas milagro" no existen. Estas "son las que nos prometen grandes cosas –habitualmente recomendadas por personas ajenas a la nutrición– y son muy restrictivas, es decir, aportan muy pocas calorías", resalta. Además, insiste en el hecho de que "no es aconsejable seguir este tipo de dietas porque no son saludables, inducen a una restricción calórica muy severa y más, generalmente, conducen a situaciones de carencias en vitaminas y minerales, alteraciones metabólicas, y a una monotonía alimenticia que hace insostenibles en el tiempo y peligrosas para la salud".
Por otra parte, cuando se sigue una dieta siempre existe el miedo a que provoque el "efecto rebote". Ante esta situación, Cánovas pone énfasis en el hecho que "lo que tendrían que hacer las personas para adelgazar y evitar el efecto rebote, es consultar a un o una dietista-nutricionista colegiado, que se preocupará por su salud, y adaptará su plan nutricional a sus requerimientos nutricionales y a sus hábitos alimenticios para que puedan conseguir adelgazar a través de una alimentación saludable".